El descubrimiento y colonización americanas son páginas de un marcado carácter utópico. Se tiene la idea de que América es un lugar donde se puede ser más justo, más libre, más feliz; un lugar Nuevo que se opone a lo conocido, a lo Viejo; un lugar donde en el que sobrevalora el Nuevo Mundo frente al Viejo: el mundo del futuro, de la abundancia y de la fertilidad, frente al mundopresente de pobreza escasez y esterilidad.
Cuando los españoles se pusieron en contacto con los territorios recién descubiertos intentaron plasmar en los textos que escribieron todo lo que veían; y lo hicieron con precisión, exactitud, cariño, fantasía, exageración y apasionamiento, que de todo hay en estos admirables libros. Las crónicas de Indias nos informan con detalle, a veces exagerado por lo innecesario o repetitivo, de todos aquellos sucesos, históricos o de conquista, que indaga la atenta mirada del cronista, de todas las formas vivas que provocan su admiración, de los descubrimientos geográficos que alertan su imaginación y, por último, de los nativos de los nuevos territorios.
Aunque las razones que tienen los cronistas para viajar a las Indias son muy diferentes, todos escriben sus crónicas con la idea de informar a su Rey, a sus hermanos de religión o simplemente a sus compatriotas, de lo que hay y sucede en las tierras recién descubiertas. Las que podemos titular, genéricamente, crónicas indianas, son fruto, en un principio, de la observación directa del expedicionario y tienen un carácter general. Otras veces son informes de las noticias que escribieron otros; es el caso, por ejemplo, del cordobés de Pozoblanco Juan Ginés de Sepúlveda (1490-1573) que escribió, sin haber pisado las tierras americanas, haciendo uso de las noticias existentes en la obra de Fernández de Oviedo (1478-1577).
Es obvio que las informaciones que se hacían sobre las Indias no podían abarcar la totalidad de los nuevos territorios, así que aparecieron crónicas regionales como la del jesuita gallego Alonso de Ovalle (1601-1651), que estudió Chile: Histórica relación del reino de Chile y de las misiones y ministerios que ejercita en él la Compañía de Jesús (1646); también en este sentido merece destacarse la de Fray Antonio Caulín (1719-1802), que se ocupó de la Nueva Andalucía : Historia corográphica, natural y evangélica de la Nueva Andalucía , provincias de Cumaná, Guayana y vertientes del Río Orinoco (1779).
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