Soldado del espíritu, el investigador defiende a su patria con el microscopio, la balanza, la retorta o el telescopio (Santiago Ramón y Cajal)

07 junio, 2018

Entre dientes

En los primeros lustros del siglo XX español, además de la creación de nuevas asociaciones e instituciones científicas, se modificaron significativamente algunos estudios que pasaron de ser casi medievales a modernos.
En España, la carrera de Odontología se incorporó a la Universidad en 1901, esto es, nuestro país no se adscribió al modelo norteamericano en el que la formación odontológica se realizaba en escuelas independientes.

Por una Real Orden de marzo de 1901 se creaban en la Facultad de Medicina de Madrid dos cátedras suplementarias de Odontología y de Prótesis dentaria. Los futuros odontólogos debían superar los dos primeros cursos de Medicina y aprobar estas dos asignaturas en primero y segundo cursos. En 1914 se añadió otra asignatura más: Patología y Terapeútica aplicadas. Ese año se creó en Madrid la Escuela de Odontología, única en España durante mucho tiempo, con entidad propia pero dependiente de la Facultad de Medicina en lo institucional y en lo físico. 
Tras alcanzar su lugar en la Universidad siguió un enfrentamiento intelectual (muy semejante al que se había producido en Francia) entre los “odontologistas” o “aguilaristas”,  de Florestán Aguilar (1872-1934),Padre de la Odontología española,  que consideraban que los estudios de Odontología deberían ser independientes de los de Medicina, y los “estomatologistas” o “landelistas”, partidarios de considerar la odontología como una especialidad médica, que seguían a Bernardino Landete Aragó (1879-1968).
Probablemente, ambas concepciones odontológicas se forjaron en la formación intelectual de Aguilar y Landete.
Así, siendo todavía adolescente, Florestán Aguilar, y después de realizar sus primeros estudios en Madrid, fue enviado al Dental College de Filadelfia, en los Estados Unidos, donde, a los 18 años obtuvo el título de Doctor in Dental Surgery. De regreso a España obtiene el título de Cirujano dentista que le permite ejercer su especialidad.
Por otra parte, aunque para Landete la odontología fue su actividad principal, al principio se ocupó de otros campos de la medicina: fue médico de Sanidad de la Armada (1903), de la Beneficencia Municipal de Madrid (1904), del Cuerpo de Baños y otorrinolaringólogo (fue fundador de la Sociedad Española de Otorrinolaringología, 1913). Tras finalizar la licenciatura se trasladó a Madrid para realizar el doctorado y obtener el título de odontólogo, ambas cosas sólo se podían cursar en la capital de España. Como en 1902 ya era médico, según la legislación ya podía trabajar como odontólogo, pero Landete estudió voluntariamente, en 1903, las dos asignaturas especiales que requería para mejorar su formación: Odontología y Prótesis.
Bernardino Landete
En cualquier caso, en 1922, en una sesión de la Sociedad Odontológica Española, los dos explicaban claramente sus posturas. Florestán afirmaba que la “Odontología es una profesión definida que aun siendo una parte de la ciencia de curar no es la medicina en el concepto de la profesión médica total, del título de Médico, y para ejercerla no es necesario que el alumno sea médico”. Por su parte, Landete, señalaba que “los estudios que deben seguir los odontólogos deben ser los mismos que debiera seguir el médico especialista en otra rama cualquiera de la Medicina”. Este último proponía una carrera con tres cursos previos de Medicina, tres específicos de Odontología y un examen de acceso en el que demostrar las habilidades del odontólogo. Con el tiempo, Landete acabó virando hacia una postura más médica en la que los odontólogos deberían cursar primero la carrera completa de Medicina y después realizar estudios de Odontología.
Finalmente en 1944 a través de un Decreto de Ordenación de la Facultad de Medicina, se reconocieron doce especialidades médicas, entre las que estaba la Estomatología, con lo que los dentistas serían médicos especialistas, y se formarían en un único centro: la madrileña Escuela de Estomatología.
Los tres odontólogos citados fueron figuras destacadas y referencia obligada en lo que a los primeros pasos de la odontología española se refiere.

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