Soldado del espíritu, el investigador defiende a su patria con el microscopio, la balanza, la retorta o el telescopio (Santiago Ramón y Cajal)

09 febrero, 2012

Un cronista en Argentina

Martín del Barco Centenera nació en la localidad cacereña de Logrosán allá por el año 1544. Pasó más de veinte años en las Indias y escribió una interesante obra titulada Argentina y conquista del Río de la Plata, que fue publicada en Lisboa en 1602. Quizás, lo primero que hay que decir de este cronista extremeño es que del título de su obra, Argentina, tomó el nombre la nación que lo lleva.

El texto es eminentemente histórico y consta de 1342 octavas reales, no excesivamente hermosas, pero tal y como sucede en muchos de los cronistas que fueron a las Indias, se aprecian detalles de cierto interés de naturalista, ya sean da carácter zoológico o botánico. Esto fue lo que motivó que un estudioso de la botánica española del siglo XIX, Miguel Colmeiro (1816-1901), incluyera el nombre de Barco Centenera entre los científicos de la ciencia de las plantas que nacieron en España. Además, también hay curiosas noticias del mundo animal.
De la obra del cronista entresacamos un curioso relato de la palometa o pez piraña:
“Un peje Palometa que freilla
Pensaba una mujer enharinado
De la sartén saltó muy de repente,
Y el dedo le cortó redondamente.
(…)
De más de Palmo es la Palometa,
Y ancha poco más de una mano,
Adonde hace presa fuerte aprieta,
Como puede hacer el crudo Alano,
Es cosa de notar ver que acometa
Este pequeño peje al hombre humano,
Del río vi salir un día un soldado
Gritando y en el muslo un gran bocado.
Juzgóse allí al presente que faltaba
De carne media libra al desdichado,
El Peje Palometa lo llevaba
En la boca redonda aquel bocado.”
y su breve descripción de la Mimosa o Vergonzosa:
“Un árbol hay pequeño de la tierra,
Que tiene rama y hoja menudita;
En tocando la hoja ella se cierra
Y en el punto se pone muy marchita.
Yo he visto, yendo a veces a la guerra,
Por los campos aquesta yerbecita,
Caycobe se llama, y es tenida
Por viva yerba, y nómbranla de vida.”

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