Santiago Ramón y Cajal fue un hombre de su tiempo y, contrariamente a los modelos que se crean del hombre de ciencia, una persona ocupada y preocupada por los sucesos de su época, en muchos de los cuales se implicó durante toda su vida. Cajal no es el sabio ajeno a su mundo, no es un hombre aislado de la sociedad en la que vive.