Soldado del espíritu, el investigador defiende a su patria con el microscopio, la balanza, la retorta o el telescopio (Santiago Ramón y Cajal)

02 junio, 2024

España en los primeros mapas

 

Parece que fue  el explorador griego Piteas (s. IV aC.) el primero que informó del hecho de que Iberia es una península. Después, Polibio (s. II a.C.), Estrabón (s. I a.C.- s. I d.C.), y otros autores clásicos aportaron más información sobre nuestra península ampliando las noticias que había dado Piteas. Sin embargo, la importancia de la obra de Ptolomeo supera a la de los autores citados.

El que fuera bibliotecario de la famosa Biblioteca de Alejandría, matemático, astrónomo y geógrafo, Claudio Ptolomeo (s. II), consultó las obras astronómicas, matemáticas y geográficas de sus predecesores que fueron la base para su texto: Geographike hyphegesis (Guía o Enseñanza de la Descripción de la Tierra).

Mapa de Hispania de Ptolomeo

Una obra con 27 mapas de diferente extensión (mapamundi, continentales y regionales) y con la ubicación de alrededor de 8.000 lugares del mundo mediante un sistema de retículas  con meridianos (longitud) y paralelos (latitud). La precisión de las ubicaciones es notable y limitándonos a algunas ciudades de Hispania:

Latitudes respecto al Ecuador

Barcelona:       41º                  la real es 41º 23’

Tarragona        40º 40’            la real es 41º 07’

Cartagena        37º 55’            la real es 37º 36’

Sevilla             37º 50’            la real es 37º 22’

Longitudes con respecto al meridiano de Canarias

Barcelona:       17º 15’            la real es 18º

Tarragona        16º 20’            la real es 16º 10’

Cartagena        12º 15’            la real   17º 30’ (dato equivocado)

Sevilla              7º 15’             la real es 9º

 

La obra, además, trata de generalidades, de la construcción de globos terráqueos, de la proyección de mapas y de unas instrucciones para dibujarlos con coordenadas y otras referencias. Por todo ello podemos considerar que  la cartografía científica apareció con la obra de Ptolomeo. Es, probablemente, el primer manual de cartografía y el que estuvo vigente durante más años, hasta el siglo XVI.

La información geográfica de Ptolomeo llega a la Península Ibérica a través de los musulmanes, que tradujeron la obra al árabe y dibujaron los mapas de la misma de acuerdo con las instrucciones del geógrafo. Por otro lado, la obra también llega a Bizancio (Constantinopla), capital del imperio Bizantino.

Aquí, el monje de Anatolia Máximo Planudes  (s. XIII y XIV) encontró una copia de la Geographike hyphegesis, a la que sumó sus aportaciones y dibujó los mapas a  partir de la información de Ptolomeo. Esto fue clave en la recuperación de la obra y cuando, posteriormente, se tradujo al latín,  fue fundamental en la renovación cartográfica del Renacimiento. Aquí está el mapa Hispania más antiguo conocido.

La hombres de la Grecia y Roma clásicas navegaron por las costas del continente utilizando unas guías escritas, después, en la Edad Media el rumbo se tomaba de acuerdo con la brújula. Para la navegación por el Mediterráneo había unos libros portulanos, de pergamino, con una lista de puertos (de donde toman el nombre), la distancia entre ellos y las derrotas para ir de uno a otro. También contenían las desembocaduras fluviales, los peligros de fondos y corrientes, los accidentes geográficos más importantes, el emplazamiento de fuentes de agua dulce, etc. Finalmente, la toponimia de las poblaciones costeras está escrita en sentido perpendicular al contorno de la misma y el interior carece de información o presenta unos adornos iconográficos, banderas y topónimos de ciudades. La carta portulana más antigua que se conserva es la carta pisana (c.1300). Las principales ciudades productoras de estas cartas fueron Mallorca, Génova y Venecia. Sin embargo, la información estaba limitada a los diferentes puertos y no había referencia alguna a la toponimia del interior.

Carta portulana del Mediterráneo


En el siglo XV, desde Bizancio llegaron a Florencia copias manuscritas de la obra de Ptolomeo que se tradujeron al latín. Fue titulada  Claudi Ptolomei Cosmographie y tuvo una importante difusión en Occidente hasta que, mediado el siglo XV, el cartógrafo Nicolaus Germanus hizo versiones manuscritas de los mapas que servirían más tarde para las primeras obras  impresas, muy especialmente la de Ulm (1482 y 1486), inicio de una época espléndida de divulgación de la obra cartográfica. Esto es, los mapas se fueron haciendo más atractivos y así Germanus, en lo referente a España, incorporó la información política (en el reinado de los Reyes Católicos). Se añadieron las zonas climáticas y horarias y por error  las Azores se situaron en el Noroeste.

 

Carta Portulana. Mateo Prunes (1563)



Tabula Moderna Et Nova Hispanie - 1513

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