No cabe la menor duda de que Miguel Delibes es uno de los mejores novelistas españoles del siglo XX. Galardonado con infinidad de premios, una de sus últimas novelas, El hereje, es un estupendo relato del Valladolid de Carlos V en el que se dan cita algunos aspectos de la medicina de la época: la consulta médica, un parto, la sífilis, la peste, etc.
En la obra de Delibes se nos describe el ambiente próximo a la Mancebía de la Villa. Unas “pobres niñas de cuatro y cinco años, con los rostros cubiertos de bubas, pedían limosna”. Y dentro de esa mancebía, Bernardo Salcedo relata su percepción de cómo era la situación en el Valladolid del primer cuarto del siglo XVI: “…la villa está podrida de sífilis. Más de la mitad de la ciudad la padece. ¿No ha visto a los niños por la calle de Santiago? Todos están llenos de incordios y bubas. Valladolid se lleva la palma de las enfermedades asquerosas.” Y en otro momento: “¿Ha visto usted cómo están las calles de la villa de mendigos llenos de escrófulas?”.
La sífilis fue una de las enfermedades “nuevas” del siglo XVI; nueva porque no había sido descrita por los médicos de la Antigüedad y nueva porque no se nombra como tal hasta 1493 y 1494, donde aparece de forma epidémica. En 1530, el veronés Nicolás Fracastoro (1478-1553), médico del Concilio de Trento, publica un conocido tratado que da nombre a la sífilis; son más de 1.300 versos los que forman un poema titulado Syphilidis sive de morbo gallico, en el que describe la enfermedad, trata de los remedios y explica su origen americano.
Pero de lo que no cabe duda es que nadie, antes de 1530, ni en Valladolid ni en ningún otro lugar, podía llamar sífilis a la enfermedad, por la sencilla razón de que el poema de Fracastoro, que da nombre al mal, se publicó ese año, más de dos lustros después de que Bernardo Salcedo diga que Valladolid “está podrida de sífilis”. Es más, tal denominación tardó en ser frecuente. Así, el cirujano Ruy Díaz de Isla escribió el Tractado llamado fructo de todos los santos: contra el mar serpentino, venido de la isla Española (1539); más tarde, un importante médico español del siglo XVI, Nicolás Monardes (ca.1493-1588), escribió una Historia Medicinal de las cosas que se traen de nuestras Indias Occidentales (1574) en la que explicaba el origen de las “bubas”.
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