Soldado del espíritu, el investigador defiende a su patria con el microscopio, la balanza, la retorta o el telescopio (Santiago Ramón y Cajal)

29 marzo, 2012

Juan Carandell: paisaje y literatura


Juan Carandell y Pericay (1893-1937) fue uno de los científicos más polifacéticos de su tiempo. Licenciado y doctorado en Ciencias Naturales ejerció como docente de Bachillerato en varios Institutos cordobeses.
Quizá, una de las facetas más interesantes de Juan Carandell es la de considerar los aspectos científicos del paisaje. Considera la necesidad de crear “un archivo de paisaje”, porque según su concepción:
“Un pueblo culto debe conocer su propio país. El quantum de civilización de un pueblo viene representado por el cuidado con que está reconocido su territorio. Conócete a ti mismo es un aforismo tan aplicable a una nación como a un hombre”.

20 marzo, 2012

Pujiula y el Laboratorio Biológico de Sarriá


La creación de museos de ciencias naturales y laboratorios dedicados a las ciencias experimentales en los centros docentes de la Compañía de Jesús fue una característica muy común a los colegios de jesuitas creados durante la Restauración alfonsina. En este contexto, los jesuitas españoles intentaron construir en Tortosa una agrupación de instituciones científicas en la que se harían estudios de astronomía, química y biología. Tortosa era, a fin de cuentas, capital de la “provincia” de la Compañía de Jesús en la que estaba incluida Cataluña. De acuerdo con ello, el jesuita Ricardo Cirera Salse (1864-1932) fundó, en 1904, en la cima de una de las colinas al Oeste de la población tarraconense de Tortosa, en Roquetas, el Observatorio del Ebro, con el que se quería estudiar la actividad solar en los fenómenos geofísicos.

13 marzo, 2012

Juan Dantín y la geografía


Juan Dantín Cereceda fue uno de los geógrafos más preclaros del siglo XX.  Nació en 1881 en Madrid, en cuya Universidad obtuvo en 1904 la licenciatura en Ciencias Naturales y en 1912 su doctorado con una tesis que versaba sobre la constitución e interpretación del relieve de la península Ibérica.
Una parte de su actividad intelectual estuvo orientada hacia la enseñanza. Así, obtuvo la cátedra de Agricultura y Técnica Agrícola e Industrial en el Instituto de Baeza en el año 1909, en 1910 pasó al de Albacete, en 1912 al de Guadalajara y en 1919 al Instituto Escuela, centro éste dependiente de la Junta para Ampliación de Estudios (JAE). En 1922, con una nueva oposición, obtuvo la misma cátedra del madrileño Instituto de San Isidro.