Soldado del espíritu, el investigador defiende a su patria con el microscopio, la balanza, la retorta o el telescopio (Santiago Ramón y Cajal)

11 enero, 2014

El médico jesuita que se reconvirtió en sismólogo

En enero de 1867 nacía en Málaga uno de los más importantes sismólogos españoles: Manuel María Sánchez-Navarro Neumann.
Después de realizar sus estudios de Bachillerato marchó a Cádiz para estudiar Medicina, especialidad en la que se licenció. Después, en 1893, se doctoró en la Universidad Central con una tesis sobre las secreciones esquizofíticas.

En 1900 su vida cambia radicalmente en dos direcciones: en primer lugar ingresa en la Compañía de Jesús y pocos años después se hace sacerdote; en segundo lugar, en 1905, sus superiores le mandan a Granada para que se dedique a los estudios sismológicos en el recién creado Observatorio de Cartuja, dependiente del Colegio Noviciado de la Compañía de Jesús en esa ciudad andaluza. Este fue el punto de partida de su labor sismológica.
En una primera etapa de formación sismológica se dedica al estudio de una ciencia que le es desconocida y se pone en contacto con científicos extranjeros. El Observatorio de Cartuja fue adquiriendo aparatos de más calidad y desde 1907 y hasta 1920 Manuel María Sánchez-Navarro fue su director y después, en el periodo comprendido entre 1921 y 1931, fue el Jefe de Sismología.
En el Observatorio el jesuita realiza una importante labor,  reconocida en 1920 cuando fue declarada por el Gobierno español, de Utilidad Pública la Estación Sismológica de Cartuja. Después, Sánchez-Navarro fue nombrado Vocal de la Comisión Nacional de Geodesia y Geofísica.

Cuando en 1932 la República expulsó de España a los miembros de la Compañía de Jesús, Sánchez-Navarro marchó a Nápoles, a Ruysbroeck, en Bélgica, más tarde fue a Entre-os-Rios, en Portugal, y finalmente, en 1937-38, volvió a la Residencia de los Jesuitas de Granada.
Intervino numerosos Congresos nacionales e internacionales y publicó numerosos artículos de naturaleza sismológica que aparecieron en diversas revistas nacionales e internacionales: Ciel et Terre, Annuaire de la Société Météorologique de France, Bolletino della Societá Sismologica Italiana, Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural, Revista de la Sociedad Astronómica de España y América, etc. En estas revistas publicó un gran número de artículos referentes a los terremotos acaecidos en España o más allá de nuestras fronteras. Agustín Udías ha considerado el trabajo del jesuita como el “primer catálogo sísmico de España realizado con mentalidad moderna”. Y es que el Padre Navarro publicó una serie de artículos sobre este asunto, entre los que destacan el "Ensayo sobre la sismicidad del suelo español", "La sismicidad del suelo español durante el decenio 1909-1918", "Datos referentes a la sismicidad de la porción oriental de la Península Ibérica" y el “Bosquejo sísmico de la Península Ibérica", entre otros artículos.
Finalizada la Guerra Civil fue destinado por problemas de salud al Puerto de Santa María, donde falleció en 1941.

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