El médico y cirujano segoviano Pedro
González Velasco es una personalidad que aparece en la historia de la ciencia
española en relación con la creación del madrileño Museo de Antropología. No
obstante, además de esto consigue una gran fama como cirujano, es el más famoso
de los de Madrid y acaso de toda España.
Había nacido, en el seno una familia muy humilde, en
la población segoviana de Valseca de Boones y después de realizar estudios en
el Seminario de Segovia en 1839 fijó su
residencia en Madrid, donde estudió la carrera de cirujano de tercera clase, y
una vez finalizada la misma se matriculó en la Facultad de Medicina.
En Madrid, carece de ingresos y se gana
la vida como criado. Sin embargo, como “practicante meritorio”, sin recibir remuneración
alguna, trabaja en el Hospital Militar y disecciona cadáveres, lo que le
permite adquirir unos amplios conocimientos de anatomía humana. Se plantea
entonces que para estudiar anatomía se hace necesario disponer de recursos
docentes que permitan adentrarse en la morfología interna del hombre; para ello
se requieren vaciados, preparaciones anatómicas, etc.
Ya desde esta etapa de estudiante
organiza unos Repasos de Anatomía que le dan gran prestigio y cuantiosos ingresos.
Simultáneamente monta una sociedad para fabricar vaciados y preparaciones de
anatomía.
Su afán coleccionista le llevó a crear,
en 1854, un “Museo Anatómico” en su madrileña residencia familiar, en la calle
de Atocha 135, cerca de la Facultad de Medicina, y decide ponerlo “a
disposición del público”. ¿Qué se puede observar en él?
La
mayor parte de lo que se encuentra en el Museo procede de la práctica médica de
Velasco: “una sorprendente colección de huesos humanos, comprendiendo desde los
primeros rudimentos de la osificación, hasta el completo desarrollo”; modelos
de “deformidades, lesiones anatómicas […], y los vicios generales reumático,
sifilítico y escrofuloso”; una “completísima y numerosa reunión de cráneos, entre
los que se encuentran varios de criminales, idiotas y monomaniacos”; “fetos de
todas edades” (sus esqueletos o conservados en alcohol) y “maniquíes para
vendajes y colocación de los mismos”. También forman parte de él esqueletos,
vísceras y animales disecados. Además, hay “un excelente microscopio”, instrumentos de
cirugía y un “gabinete de lecturas médicas”.
Pero el Museo también es un lugar
didáctico donde el doctor imparte los Repasos de Anatomía antes citados y,
además, es un centro donde Velasco “vende” su quehacer, es un escaparate en el que mostrar su habilidad
médica ya que se exhiben los resultados de su práctica quirúrgica.
Velasco establece unas cuotas de visita,
pero lo más importante es que ofrece a los estudiantes el museo: “Mis
colecciones de embriología, también hoy sin rival, recogidas a costa de
sacrificios y desvelos en el transcurso de 20 años, como las magníficas de
osteología figuras artificiales y demás objetos que constituyen mi museo, todo
a vuestra disposición, os facilitará el camino de vuestra carrera”.
El Museo es muy conocido en el Madrid de
la época y la prensa informa de su existencia y de los personajes ilustres que
lo visitan. Por allí aparecen ciudadanos importantes, como el cardenal arzobispo
de Toledo, el franciscano P. Cirilo de Alameda Brea.
En 1857 el ministro de Fomento, Claudio
Moyano, le nombra director de los “Museos Anatómicos” de la Facultad de
Medicina de la Universidad Central.
Las colecciones en el Museo del médico
segoviano van aumentando y la falta de espacio hace que en 1863 adquiera un
edificio, casi enfrente del anterior, por tanto muy cerca de la Facultad de
Medicina, lo derriba y construye su nueva vivienda… y un nuevo Museo que
inaugura en 1864.
En 1867 Velasco participa en la
Exposición Universal de París con algunas piezas de su Museo y obtiene una
“mención honorífica”. También recibe visitas de personalidades muy
significadas: el príncipe heredero de Mónaco, más tarde Alberto I, cuando aún
no contaba los dieciocho años y, en 1871, la del rey Amadeo I de Saboya. La visita
de Amadeo I es transcrita en la imagen, tal y como la narra el periódico La Iberia, de 2 de junio de 1871.
Poco después, en 1875, se inaugura en
Madrid el Museo Anatómico, popularmente conocido como Museo Antropológico. Era
un edificio diseñado por el arquitecto Marqués de Cubas y debido a la
iniciativa y aportación económica de Pedro González Velasco.
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