Julián Fuster Ribó (1911-1991) nació en
Vigo, en el seno de una familia tarraconense en la que su padre era militar.
Se licenció en Medicina en la
Universidad de Barcelona en 1935. Afiliado al PSUC en 1936, durante la Guerra
Civil fue Jefe de Sanidad del XVIII Cuerpo del Ejército. Finalizada la misma
marchó a Francia y estuvo primero en el campo
de Saint Cyprien, en Francia, y aunque pudo marchar a México decidió
exiliarse a la URSS.
En la Unión Soviética trabajó, antes y
durante la II Guerra Mundial, como cirujano general y traumatólogo en distintos
hospitales del país. Después, en el Instituto Burdenko de Moscú se especializó
en neurocirugía.
Muchos años antes, al finalizar la
década de los años 20, en la capital rusa había una escuela de neurocirugía
alrededor de dos figuras importantes: la del cirujano Nikolai Burdenko y la del
neurólogo Vasily Kramer. En 1934 se creó el Instituto Central de
Investigaciones en Neurocirugía, más tarde nominado Instituto Burdenko de
Neurocirugía, que se ocupaba de las lesiones del sistema nervioso central. Era un centro
quirúrgico y de investigación. En 1944 Burdenko es el primer presidente de la
Academia de Ciencias Médicas de la URSS. Su nombre, en los ámbitos no
académicos, se le relaciona con la presidencia en 1944 de la comisión encargada
de investigar los asesinatos de Katyn que atribuyó la masacre de militares
polacos a militares alemanes, cuando realmente fueron asesinados por los
soviéticos.
En el Instituto Burdenko Fuster fue muy
bien acogido por los profesionales soviéticos y se encargó de la traducción al
ruso de diferentes trabajos de científicos españoles e hispanoamericanos que le
encargaban los miembros del centro. Asimismo, tradujo al español diversos
libros rusos. Poco después de la II Guerra Mundial escribió cerca de 200 folios
mecanografiados de una obra titulada La
cirugía soviética. Notas de un cirujano español.
Pero la situación de Fuster cambió radicalmente cuando se le ocurrió pedir la salida del país para ir a México, donde se encontraban sus padres y una hermana. Además de no consentir este nuevo exilio, en verano de 1947 sus compañeros de partido le expulsaron del PSUC y sus camaradas soviéticos le despidieron del Instituto Burdenko.
Pero la situación de Fuster cambió radicalmente cuando se le ocurrió pedir la salida del país para ir a México, donde se encontraban sus padres y una hermana. Además de no consentir este nuevo exilio, en verano de 1947 sus compañeros de partido le expulsaron del PSUC y sus camaradas soviéticos le despidieron del Instituto Burdenko.
Sin medios con los que subsistir marchó
a la Embajada de Argentina, donde trabajó como traductor pero en enero de 1948,
fue detenido.
La causa del arresto fue haber
participado en una trama que ayudaba a huir de la Unión Soviética a varios
republicanos españoles.
Fuster fue sometido durante ocho meses a
durísimos interrogatorios en la prisión de Lubianka. Su personalidad le hizo
manifestar públicamente criterios políticos diferentes de los mantenidos por
los comunistas de nuestro país y lo peor fue que le encontraron cartas en las
que criticaba al PCE y la situación en la URSS. En una de ellas se podía leer:
“Dolores Ibárruri, que tu nombre sea maldito y tus huesos comidos por los
perros”.
Fuster fue condenado a 20 años de
trabajos forzados en el campo de Kenguir (Kazajistán), donde trabajó como
cirujano. En él visitó con asiduidad las celdas de castigo y por el testimonio
de un prisionero tan famoso como Alexandr Solzhenitsyn (en Archipiélago
Gulag) sabemos que trabajó en una cantera de la que salía para operar, lo
que hizo con el coronel Chechev, jefe del campo.
En mayo de 1954, un año después de la
muerte de Stalin, se rebelaron los presos del Gulag de Kenguir. Era imposible
escaparse, pero los condenados deseaban acercarse a lo que era la vida real. Aleksandr
Solzhenitsyn relató aquella ilusión de cuarenta días en el tercer tomo de Archipiélago Gulag.
Fuster fue uno de los cabecillas de la
revuelta, que terminó con una masacre realizada por las tropas soviéticas:
acabaron con la situación en 10 minutos; el final supuso unos 700 muertos y
numerosos heridos que fueron operados por Fuster. Solzhenitsyn escribió:
“Aquella noche en el hospital del 2º campo se encendió el quirófano: operaba el
cirujano Fuster, un preso español”. Por
su parte, la enfermera Luibov Bershádskaya también dejó su testimonio: “me
pidió [Fuster] que estuviera cerca de la
mesa de operaciones y anotara el nombre de los que todavía podían
pronunciarlo”. Y es que “se pasó dos días con sus dos noches operando a
heridos, sin parar, solo tomando té; al tercer día, cayó desmayado”.
Liberado en marzo de 1955 trabajó poco
más de un año en el Hospital de distrito de Lotoshino, cerca de Moscú, y los
dos años siguientes vivió traduciendo libros médicos.
En mayo de 1959 vuelve a España a bordo de
un mercante soviético. Después viaja a Cuba, en donde estaba su familia (que
había emigrado desde México), pero transformado en un implacable anticomunista
huye del castrismo y marcha al Congo como cirujano de la OMS. Regresa a España
en 1964 y fija su residencia en la localidad gerundense de Palafrugell.
Julián Fuster Ribó muere en 1991 en
Tarragona como consecuencia de un infarto de miocardio.
(las imágenes han sido tomadas de http://www.uv.es/cultura/c/docs/expcientificosexilio09cast.htm)
(las imágenes han sido tomadas de http://www.uv.es/cultura/c/docs/expcientificosexilio09cast.htm)
¡Hola! Pueden subir articulos sobre la tematica de impresiones 3D? El blog va espectacular, pero adquiri recientemente una Lion 2 y quiero aprender un poco mas de este espectacular equipo
ResponderEliminarIndistintamente del sector, esta claro que el uso de tecnologías como la impresión 3D esta significando un paso agigantado en España en vías del futuro. He leído sobre la Lion 2 en http://www.leon-3d.es y tiene mucho que ofrecer a distintas áreas profesionales.
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