Gregorio Marañón y Posadillo (1887-1960) dedicó buena parte de su tiempo al estudio de la historia; él, que era un médico excepcional, que tuvo fama, consideración y respeto ganados a pulso en el ejercicio de su profesión, se lanzó a la investigación histórica porque tenía que desarrollar su “segunda vocación”. Nos lo explica en uno de los siete ensayos que forman su libro La medicina y nuestro tiempo (1954).