Dos personalidades científicas españolas estuvieron ligadas a la creación y desarrollo de un centro de investigación y divulgación de la ciencia como el Observatorio Fabra, en las cercanías de Barcelona. Los científicos en cuestión eran José Comas y Eduardo Fotserè. Los primeros pasos del Observatorio dependieron, en gran medida, del buen hacer de estos hombres.
En 1894 la Real Academia de Artes y Ciencias de Barcelona entrega a la Diputación de Barcelona un proyecto para construir un observatorio astronómico, meteorológico y sísmico en el Tibidabo. La Diputación rechaza el proyecto que había presentado el meteorólogo Eduardo Fontserè i Riba (1870-1970), pero la idea iba a seguir hacia adelante.
En el año 1900 el marqués de Alella, Camilo Fabra i Fontanils (1833-1902), industrial, político, que había sido alcalde de Barcelona (entre enero y abril de 1893) y diputado a Cortes en tres legislaturas, sufraga económicamente el 80% del primitivo proyecto. El resultado es que en 1902 comienzan las obras en la vertiente sur-este de la sierra de Collserola, bajo el Tibidabo, muy cerca de Barcelona, y José Comas i Solà (1868-1937) es el encargado de modificar el plan original y dirigirlas. Así, entre 1902 y 1904 se levanta un edificio obra de del arquitecto modernista José Domènech Estapà (1858-1917).
En 1904 Comas i Solà fue nombrado primer director del Observatorio Fabra, denominado así en honor del mecenas citado antes. Después, en 1912, la dirección del mismo fue compartida por él, responsable de la sección astronómica, y por Eduardo Fontserè, de la meteorológica y sísmica.
El centro fue inaugurado oficialmente el 7 de abril de 1904, con la presencia del rey Alfonso XIII y diversas autoridades.
José Comas fue un astrónomo excelente: realizó numerosas observaciones de Marte y otros planetas, que vieron la luz en las más importantes revistas astronómicas de su época, estudió diferentes eclipses totales de Sol, en 1925 descubrió un cometa y en 1926 otro que lleva su nombre y publicó numerosos trabajos de divulgación astronómica.
Eduardo Fontserè era, principalmente, meteorólogo. Fundó el Servei Meteorològic de Catalunya, que en un solo organismo agrupaba las diferentes actividades meteorológicas que controlaba y dirigía. Un importante fruto de este trabajo fue el Atlas Pluviométric de Catalunya, preparado por el doctor J. Febrer, y que vio la luz en 1930.
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