Miguel A. Catalán Sañudo, fue un científico nacido en Zaragoza en 1894 y que falleció en la capital de España en 1957. Aunque se licenció en Ciencias Químicas en la Universidad de Zaragoza (19079 y se doctoró en Madrid (1917), su ocupación científica fue la física de manera que puede considerársele uno de los físicos más importantes del siglo XX español.
En enero de 1915 comenzó a trabajar en la Sección de Espectroscopia del Laboratorio de Investigaciones Físicas dirigido por el más eminente físico español: Blas Cabrera.
En 1920 llega a Londres, becado por la JAE, y trabaja con Alfred Fowler (1868-1940), uno de los espectroscopistas más importantes del momento, con el que aumenta sus conocimientos de espectrografía. Un año después demuestra que grupos de líneas distribuidas más o menos irregularmente en el espectro pueden tener un origen físico común. En 1922 presenta sus resultados en la Royal Society y en 1923 ve la luz, en la muy importante Philosophical Transactions of the Royal Society of London, su trabajo: “Series and other regularities in the spectrum of manganese”. Su descubrimiento de los multipletes fue un paso muy importante en el desarrollo de la teoría cuántica y de la astrofísica.
William F. Meggers (1888-1966), uno de los espectroscopistas más importantes de su tiempo, se refirió al descubrimiento de Catalán de esta manera: “Con anterioridad a 1921 los términos espectrales derivados del análisis de espectros atómicos relativamente sencillos consistían únicamente de niveles simples, dobles y triples. Catalán atacó valientemente los espectros más complejos del manganeso y del cromo, y felizmente encontró términos que contenían 5, 6 ó 7 niveles que se combinaban para producir grupos de 9 a 15 líneas espectrales, para los cuales acuñó el término multiplete. El descubrimiento de Catalán de términos espectrales de gran multiplicidad fue una clave correcta a la interpretación de los espectros complejos; pronto fue adoptada por muchos espectroscopistas, produciéndose una avalancha de multipletes. Esto inspiró el desarrollo de la interpretación cuántica de los espectros atómicos y trajo la edad de oro de la espectroscopia en 1926 cuando se hizo posible explicar teóricamente todas las radiaciones discretas en términos de energías y números cuánticos asociados con electrones de átomos e iones”.
Sus descubrimientos le permitieron relacionarse con los mejores científicos de su campo de investigación y muy especialmente con Arnold J. W. Sommerfeld y su grupo de investigadores de Múnich.
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