Soldado del espíritu, el investigador defiende a su patria con el microscopio, la balanza, la retorta o el telescopio (Santiago Ramón y Cajal)

12 octubre, 2012

Los hombres de letras loan a los de ciencias


Pocas personas conocen y reconocen el importante trabajo que hacen los hombres de ciencia. Algunos se burlan de las, para ellos, “raras” investigaciones que realizan estos, porque sus neuronas no les permiten comprender que, muchas veces, la ciencia hace descubrimientos que “parecen” sin importancia y que después, el tiempo, consagra como un gran avance.
No es infrecuente encontrar en las primeras páginas de libros científicos de los siglos XVI y XVII elogios al autor, realizadas por importantes, y no tan eminentes, personajes del mundo de la literatura. Las alabanzas suelen ser escritas en verso y el soneto es utilizado frecuentemente. En relación con esto quiero traer a cuento un ejemplo poco desconocido; ignorado porque a Liñán de Riaza no le conocen ni los licenciados en Literatura española (hagan la prueba) y al médico Pedro Torres...


Pedro Liñán de Riaza (m. 1607) fue un poeta costumbrista que escribió versos sobre la vida y paisajes de Madrid. La mayor parte de su obra poética no fue editada hasta el último cuarto del siglo XIX. Su mérito poético fue alabado en el “Canto de Calíope” de la Galatea cervantina. Pedro de Torres fue un médico que vivió entre los siglos XVI y XVII y que escribió un librito de poco más de cien páginas sobre la sífilis titulado: Libro que trata de la enfermedad de las bubas (1626). Después del privilegio pueden leerse una poesía laudatoria de Liñán de Riaza que canta al galeno de esta manera:
Autor de la salud a Dios llamamos,
Y él se llama Verdad, Vida y Camino,
De la patria inmortal a que aspiramos.
Vino la enfermedad, la muerte vino,
Por la culpa (que culpa a muerte inclina,
Por Justa pena y por fatal castigo).
Y el Altísimo, al fin, la Medicina,
Conservación, y escudo de lo humano.
Crió con ciencia celestial, divina.
Alta defensa, modo soberano,
Contra los detrimentos heredados
Por el coloso exceso del manzano.
Doctor en quien los Árabes pasados
         y los presentes Esculapios nuestros
Están (si no envidiosos) admirados,
(…)

No hay comentarios:

Publicar un comentario