En la importante obra de Pedro de Cieza
de León, La crónica del Perú, abundan
las referencias ecológicas y en el capítulo XLVI de la misma el cronista hace
un relato espléndido de lo que es un ecosistema; entremezcla datos geográficos,
etnográficos, antropológicos, botánicos, zoológicos, relaciones
interespecíficas, etc. Primeramente sitúa la región que va a describir de
manera global, encuentra concordancia entre la benignidad del clima y la
variedad de formas naturales, ubica exactamente la provincia de Puerto Viejo,
refiere los vegetales de la comarca, las especies zoológicas y las relaciones
entre las diferentes especies.
El capítulo completo tiene por título “En que se da noticia de algunas cosas tocantes a las
provincias de Puerto Viejo y a la línea equinocial” y de él entresaco los
sigioentes párrafos:
“Los
naturales desta tierra son de mediano cuerpo, y tienen y poseen fertilísima
tierra, porque se da gran cantidad de maíz y yuca y ajes o batatas, y otras
muchas maneras de raíces provechosas para la sustentación de los hombres. Y
también hay gran cantidad de guayabas muy buenas, de dos o tres maneras, y
guabas y aguacates y tunas de dos suertes, las unas blancas y de tan singular
sabor, que se tiene por fruta gustosa; caimitos y otra fruta que llaman
cerecillas.
Hay también gran cantidad de melones de los de España y de los de
la tierra, y se dan por todas partes muchas legumbres y habas, y hay muchos
árboles de naranjos y limas y no poca cantidad de plátanos, y se crían en
algunas partes singulares piñas; y de los puercos que solía haber en la tierra
hay gran cantidad, que tenían (como conté hablando del puerco de Urabá) el
ombligo junto a los lomos, lo cual no es sino alguna cosa que allí les nace, y
como por la parte de abajo no se halla ombligo, dijeron serlo lo que está
arriba [Se
trata de un Tayassúido, conocido con el nombre de pecarí y que los zoólogos
denominan Tayassu taiacu. Aunque ya Gonzalo Fernández de Oviedo habla
de que este animal posee el ombligo en medio del espinazo, el primero que
intuye que no es el ombligo sino “alguna cosa que allí les nace” es Cieza. Se
trata, en efecto de una glándula odorífera que, en estos animales, tiene una
situación dorsal] ;
y la carne destos es muy sabrosa. También hay de los puercos de la casta de
España y muchos venados de la más singular carne y sabrosa que hay en la mayor
parte del Perú. Perdices se crían no pocas manadas dellas, y tórtolas, palomas,
pavas, faisanes y otro gran número de aves, entre las cuales hay una que llaman
xuta, que será del tamaño de un gran pato; a ésta crían los indios en sus
casas, y son domésticas y buenas para comer. También hay otra que tiene por
nombre maca, que es poco menor que un gallo, y es linda cosa ver las colores
que tienen y cuán vivas [La
xuta y el maca de los que habla Cieza son la juta y el macá, que son
respectivamente una variedad de ganso doméstico y una Colimbiforme que
científicamente se denomina Podilymbus podiceps]; el pico destas es algo grueso y mayor que un dedo, y
partido en dos perfectísimas colores, amarilla y colorada. Por los montes se
ven algunas zorras y osos, leoncillos pequeños y algunos tigres y culebras;
pero, en fin, estos animales antes huyen del hombre que no le acometen. Otros
algunos habrá que yo no tengo noticia. Y también hay otras aves nocturnas y de
rapiña, así por la costa como por tierra dentro, y algunos cóndores y otras
aves llamadas gallinazas hediondas, o por otro nombre auras [El aura es el buitre de cuello rojo,
Cathartes
aura; pertenece al orden de las
Falconiformes, lo mismo que el recién nombrado cóndor, Vultur gryphus]. En las quebradas y montes hay grandes espesuras,
florestas y árboles de muchas maneras, provechosos para hacer casas y otras
cosas; en lo interior de algunos dellos crían abejas, que hacen en la
concavidad de los árboles panales de miel singular. Tienen estos indios muchas
pesquerías, a donde matan pescado en cantidad; entre ellos se toman unos que
llaman bonitos, que es mala naturaleza de pescado, porque causa a quien lo come
calenturas y otros males. Y aun en la mayor parte desta costa se crían en los
hombres unas verrugas bermejas del grandor de nueces, y les nascen en la frente
y en las narices y en otras partes; que, demás de ser mal grave, es mayor la
fealdad que hace en los rostros, y créese que de comer algún pescado procede
este mal. Como quiera que sea, reliquias son de aquella costa, y sin los
naturales, ha habido muchos españoles que han tenido estas verrugas [Parece que la enfermedad mortal a
la que se refiere el cronista es la uta. Esta enfermedad está producida por el
protozoo Leishmania tropica].”
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