Soldado del espíritu, el investigador defiende a su patria con el microscopio, la balanza, la retorta o el telescopio (Santiago Ramón y Cajal)

26 agosto, 2013

Luis Calandre Ibáñez

El 26 de marzo de 1890 nacía en Cartagena Luis Calandre Ibáñez. Realizó los estudios medios en su ciudad natal y en 1905 marchó a Madrid para estudiar Medicina, y recibe clases de Santiago Ramón y Cajal, Gómez Ocaña, Recasens, Tello,  etc.
 En 1910 se le concede una beca en la recién creada Residencia de Estudiantes y en 1912 solicita una pensión a la Junta para Ampliación de Estudios y marcha a varias ciudades europeas (Berlín, París, Friburgo) con médicos y científicos de prestigio. Al volver a Madrid, regresa a la Residencia de Estudiantes para seguir con los estudios de doctorado, y es nombrado médico de la misma. En la Residencia crea el Laboratorio de Anatomía Microscópica, del que fue director hasta 1932.

Su labor como médico fue, principalmente, cardiológica y, en este sentido, Luis Calandre ha sido considerado innovador e impulsor de la cardiología española.
 Publica muy pronto diversas investigaciones sobre la estructura del corazón que, ampliadas convenientemente, fueron recogidas en un libro titulado Anatomía y Fisiología Clínicas del Corazón, que apareció en 1920 y que fue libro de texto en muchas facultades de Medicina. Su labor cardiológica fue plasmada en diversos libros: Trastornos del ritmo cardiaco. Diagnóstico y Tratamiento (1925), texto de la que fue su tesis doctoral, que había defendido en 1921. También escribió sobre esta especialidad otros libros muy importantes: Electrocardiografía (1942), Tratamiento de las enfermedades del corazón (1942) y Electrocardiografía práctica (1955), en colaboración con su hijo Luis. Además, y hasta 1937, publicó más de sesenta artículos  en diversas revistas científicas. Asimismo, y principalmente en la década de los 20, aparecen numerosos artículos suyos de divulgación, sobre todo en el suplemento del diario El Sol. Finalmente, colaboró en la importante obra Manual de Medicina Interna, de la que eran autores Teófilo Hernando y Gregorio Marañón.
Calandre trabaja además en su consulta privada, a la que ha incorporado, desde 1917 uno de los primeros electrocardiógrafos de cuerda. Su fama como cardiólogo fue aumentando de tal manera que pasaron por su consulta figuras destacadas de la política (Indalecio Prieto, Calvo Sotelo, etc.), de la literatura (Juan Ramón Jiménez, Valle Inclán...), de la pintura (Sorolla), de la Historia (Menéndez Pidal), etc.

Durante la Guerra Civil y desde febrero de 1937 se ocupó de la dirección, como médico civil, del Hospital de Carabineros situado en la Residencia de Estudiantes. La guerra terminó con la trayectoria científica de Calandre: fue sometido a varios consejos de guerra y se le condenó en 1942 por haber dirigido el Hospital de Carabineros y ocupado puestos de confianza durante la II República, a 12 años y un día de reclusión menor, pena que le fue conmutada por la de seis años y un día de prisión mayor, quedando en situación de prisión atenuada. Asimismo, el Colegio de Médicos le sancionó también con cinco años de inhabilitación en Madrid.
Fue entonces cuando creó su propia editorial, en la que ven la luz obras suyas como El Palacio del Pardo (1953) y Árboles (1962). En esos años de la postguerra se dedica a viajar por España por placer y, en algún caso, para atender consultas.
Falleció en Madrid en 1961.

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