El 12 de abril de 1891 nace en Paniza
(Zaragoza) Julio Palacios Martínez uno de los físicos españoles más importantes
del siglo XX.
En 1907 ingresa en la Facultad de
Ciencias de la Universidad de Zaragoza y el año siguiente marcha a Barcelona,
en cuya Universidad cursa las licenciaturas en Ciencias Físicas y en Ciencias Exactas,
estudios, ambos, que finaliza en 1911,
la primera con Premio extraordinario. Se doctora en Física en 1914 y se
incorpora como auxiliar numerario de Física General de la Facultad de Ciencias.
En 1916 gana por oposición la cátedra
de Termología de la Universidad Central (en la que estuvo hasta su jubilación
en 1961). Obtiene una pensión de a la
Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE) para el
extranjero y marcha a la Universidad de Leiden (Países Bajos), un lugar de
élite de la física que se hace en el mundo en esa época. Allí trabaja con Kamerlingh
Onnes (1853-1926), descubridor de la superconductividad e investigador
galardonado con el premio Nobel de Física en 1913. A la vez, asiste a los
cursos de Física teórica del también holandés profesor Hendrik Antoon Lorentz (1853-1902), premio Nobel de Física en 1902.
Al regresar a España en 1918 se
reincorpora a la cátedra y e ingresa en el Laboratorio de Investigaciones
Físicas de la JAE que dirigía Blas Cabrera (1878-1945).
En 1927 se integra en una comisión de
profesores nombrados por el Rey Alfonso XIII con la finalidad de visitar las
más importantes universidades europeas y de América del Norte para crear el
proyecto de la que sería la madrileña Ciudad Universitaria.
Preside la Sociedad Española de Física
y Química para la que consigue el título de Real, que le es otorgado por
Alfonso XIII y en 1932 lee el discurso de ingreso (“Mecánica cuantista”) en la
Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, institución que
presidió entre 1966 y hasta su fallecimiento.
Al iniciarse la Guerra Civil Palacios
permanece en Madrid aunque su familia marcha a Lisboa. Al finalizar la
contienda todos los catedráticos de la sección de Físicas de la Facultad de
Ciencias de Madrid se exilian o son
sancionados (Catalán), pero Julio Palacios es rehabilitado y nombrado
Vicepresidente del Instituto Nacional de Física y Química y Vicerrector de la
Universidad de Madrid (cargo que ocupó hasta 1943).
En 1944 firma el famoso Manifiesto de D. Juan de Borbón desde
Lausana cuyo resultado le provoca la suspensión de sus cargos y el
confinamiento en Almansa (Albacete).
Poco después y hasta su jubilación su vida discurre entre Madrid y
Lisboa. Probablemente la lectura del libro de Schrördinger ¿Qué es la vida? le lleva a interesarse por la biología y publica,
en 1947, De la Física a la Biología. Lo
cierto es que ello, acaso le condujo a la dirección del Instituto Portugués de
Oncología y de la sección de Isótopos radiactivos. Años después (1953) ingresó en
la Real Academia Española.
Desde el punto de vista científico Palcios
publicó más de 150 artículos en revistas científicas de su especialidad. Sin
embargo de la obra de este científico aragonés destaca sus trabajos sobre
análisis dimensional, disciplina establecida como tal a partir de la obra de
P.W. Bridgman, Dimensional Analysis.
Sobre este asunto Palacios escribió un buen número de trabajos que terminaron
en su obra más importante: Análisis
Dimensional, obra que data de 1956. En ella desarrolla una teoría del
análisis dimensional basada en hechos elevados a la categoría de postulados,
que don dos: a) Pueden escogerse la leyes fundamentales de modo que consistan
en relaciones de proporcionalidad entre potencias determinadas de las
cantidades que intervienen en el fenómeno considerado; y b) Son ineludibles las
constantes universales que relacionan dos magnitudes inseparables, y superfluas
todas las demás (las características son todas ineludibles). De esta obra se ha
escrito: que es de “referencia obligada” y que “hizo época” y “los años
comprendidos entre 1956 y 1970 son, en suma, de entrada y de apoteosis del
físico español en la Historia del Análisis Dimensional (González Posada y
González Redondo, 2002).
En los últimos años de su vida alcanzó
notoriedad por su crítica filosófica a la teoría de la relatividad, algo que no
afectó a su prestigio internacional ya que en 1967 fue elegido primer Rector
del Centro Internacional de Física creado en Trieste-Udine. Desde 1955 y hasta
1968 fue colaborador del periódico ABC con artículos divulgativos que en su
mayoría eran de física y matemática.
Falleció en Madrid el 21 de febrero de 1970.
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