En
España recordamos historias de nuestro pasado que no tienen ninguna importancia
cultural. Cualquier badulaque intelectual tiene su “sitio”, pero los grandes
personajes de la ciencia y de la técnica pasan a un segundo plano en el mejor
de los casos, porque lo frecuente es que se les ningunee.
El
científico Pittaluga es una de estas importantes personalidades que casi nadie
conoce, aunque su historia es mucho más interesante que la de las palmeras
nevadas.
En
1876 nació en Florencia Gustavo Pittaluga Fattorini, el personaje protagonista
de este artículo.
Fue una personalidad científica muy importante
en lo que a higiene sanitaria se refiere en la España del primer tercio del
siglo XX. Se había licenciado en Medicina (1901) en la Universidad de Roma y
durante tres años y hasta 1902 adquirió una importante formación biológica con
el zoólogo Giovanni Battista Grassi (1854-1925), que había descubierto el
mosquito Anopheles, responsable de la
propagación del paludismo. Poco después vino a España para estudiar esta
enfermedad en Barcelona, Madrid, Valencia, Guadalajara y las islas Baleares y
fijó su residencia en nuestro país, donde se casó con una española y se
nacionalizó español en 1904.
En
el XIV Congreso Internacional de Medicina que se celebró en Madrid en julio de
1903 intervino como ponente con un trabajo titulado “Etiología y epidemiología
del paludismo”, investigación en la que se mostraba por primera vez un mapa de
la distribución endémica del paludismo en España.
En
nuestro país realizó su tesis doctoral que publicó en 1905 con el título “Sobre
el mecanismo patogénico de los síndromes sueroterápicos”.
Muy
pronto se le reconocieron sus conocimientos y fue nombrado en 1905 Jefe del Servicio
de Desinfección y dos años después Jefe de la Sección de Parasitología del
Instituto Nacional de Higiene de Alfonso XIII.
Quizás,
el aspecto más importante de su brillante labor científica sea la participación
como director de una expedición científica realizada al territorio español en
el golfo de Guinea.
La enfermedad del sueño es una patología que a
principios del siglo XX producía una gran mortalidad en las poblaciones nativas
del África ecuatorial. Esto motivó una gran preocupación de los gobiernos de
las naciones coloniales al iniciarse ese siglo lo que fue la razón principal de
la organización de expediciones científicas por parte de investigadores
ingleses (Dutton y Castellani 1901-1903), franceses (1906-1908), portugueses y
alemanes (Koch 1907), etc. con el fin de estudiar la dolencia.
España
poseía las islas de Fernando Poo (hoy Bioko) y Annobons del golfo de Guinea
desde 1778, pero hasta 1900 España no obtuvo el estatus de colonia para el
territorio continental de Guinea Ecuatorial, que había sido protectorado
español desde 1885.
En
1909, la influyente personalidad de Santiago Ramón y Cajal (1852-1934), a la
sazón director del Instituto Nacional de Higiene de Alfonso XIII, propone al
gobierno de Antonio Maura la creación de una expedición científica con el fin
de conocer las enfermedades que se manifiestan en las colonias españolas en el
golfo de Guinea, entre las que se encuentra la enfermedad del sueño, la
malaria, la disentería amebiana y otras. Las colonias son muy insalubres y el
personal sanitario que trabaja en los hospitales coloniales no tiene una buena
formación en las técnicas microbiológicas modernas y carece de laboratorios
idóneos. No es, por tanto, extraño que en esta situación las colonias españoles
no sean un lugar muy apropiado para la explotación, agrícola, pecuaria o de
otra índole.
Así
las cosas, se creó una Comisión científica para estudiar las enfermedades de la
colonia española desde el punto de vista clínico, explicar sus causas, proponer
su terapéutica y prevención, formar científicamente a los médicos de la colonia
y crear algún laboratorio con dotación adecuada de personal e instrumental.
Fuente: https://es.wikipedia.org |
Al
frente de la Comisión se nombró a la personalidad científica más adecuada, de
acuerdo con su formación científica: Gustavo Pittaluga; además, fueron miembros
de la misma dos personas de la Sección de Parasitología del Instituto Nacional
de Higiene: Luis Rodríguez Illera y Jorge Ramón Fañanás (1885-1938), hijo de
don Santiago.
La
Comisión partió de Madrid el 28 mayo de 1909 y dos días después, desde Cádiz
salieron hacia el golfo de Guinea y llegaron a Fernando Poo el 15 de junio. La
expedición duró cuatro meses en los que recorrieron muchos kilómetros y
visitaron numerosos poblados. Describieron la naturaleza, clima, estudiaron las
agua, corrientes y estancadas, las condiciones de vida de los naturales, etc.
Investigaron la morbilidad de las enfermedades parasitarias tropicales
(filariosis, malaria, amebiasis, etc.), atendieron a enfermos, se examinaron
hematológicamente más de 200 pacientes, a muchos de ellos se les hizo un
estudio de heces y se realizó la autopsia a tres fallecidos a causa de la
enfermedad del sueño durante el viaje. Se investigó sobre el ciclo vital de
algunos insectos, la hematología de diferentes animales, salvajes y domésticos,
se estudió como mejorar las condiciones higiénicas de algunas poblaciones como
Bata, etc.
La
historia de Pittaluga continuó en la Península, su prestigio científico aumentó
considerablemente, participó en política y se fue de España al finalizar la
Guerra Civil. Falleció en La Habana en 1956.
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