Soldado del espíritu, el investigador defiende a su patria con el microscopio, la balanza, la retorta o el telescopio (Santiago Ramón y Cajal)

27 mayo, 2018

Ciencia en África

Entre noviembre de 1884 y febrero de 1885 se celebró, en la actual capital alemana, la que se denominó  Conferencia de Berlín con la finalidad de solventar las numerosas dificultades que implicaba la expansión colonial en el continente africano. Fue convocada conjuntamente por Alemania y Francia y asistieron a la misma, además de las naciones convocantes, Austria-Hungría, Bélgica, Dinamarca, España, EE.UU., Gran Bretaña, Holanda, Italia, Portugal, Suecia, Noruega y Turquía. No hubo representación alguna de los países africanos.

La zona situada entre el cabo Bojador y el cabo Blanco fue reclamada por España y en 1885 comenzó la construcción de Villa Cisneros. Lo cierto es que la presencia de España en ese territorio estuvo, desde un primer momento,  casi limitada a unos cuantos puestos costeros militares. En la actualidad el Sáhara Occidental, que corresponde al antiguo Sáhara español, es la última colonia africana y un territorio sin autogobierno. 
 La importancia de los fosfatos en nuestra civilización es extraordinaria y Marruecos posee las tres cuartas partes de las reservas mundiales y es el mayor exportador de fosfato. Las reservas de fosfato del antiguo territorio español añaden un 10% a las de Marruecos.
Después de la Guerra Civil se creó el Instituto de Estudios Africanos, que financió desde 1941 a 1947 expediciones científicas de distinta especie: geológicas, zoológicas, botánicas, antropológicas... Entre estas excursiones, las de naturaleza geológica tenían un interés estratégico. 
En este contexto, en 1947, el geólogo Manuel Alía se reunió con Franco, que le pidió que realizara una serie de exploraciones en territorio africano porque Francia, que ejercía el control sobre los fosfatos de la zona, no vendía fosfato manufacturado a la España de entonces. Los resultados de las exploraciones no fueron muy exitosos en razón de la escasa calidad de los fosfatos encontrados. El caso es que hacia la mitad de la década de 50 Francia ya vendía fosfatos a España y las investigaciones en el terreno africano disminuyeron. No fue hasta la década de los 60 que la Empresa Nacional Minera del Sáhara declaró el descubrimiento de uno de los depósitos de mineral más ricos del mundo, de alrededor de mil seiscientos millones de toneladas de fosfatos de una calidad excepcional.
Manuel Alía
El toledano Manuel Alía Medina (1917-2012) había cursado la licenciatura en Ciencias Naturales en la Universidad de Madrid (1933-1940). Inició, en 1940, su andadura docente en la Enseñanza Media, en 1944 se doctoró en Ciencias Naturales  y cuatro años más tarde obtuvo cátedra de Geografía Física y Geología Aplicada en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Valladolid. 
De entre sus numerosas líneas de investigación hay que destacar en primer lugar sus trabajos en África. En efecto, en 1941 se incorpora a los equipos de exploración del Sáhara Español que dirigen desde el Laboratorio de Geografía Física de la Universidad de Madrid los profesores Eduardo Hernández-Pacheco y por su hijo Francisco.
Entre 1942 y 1960 Alía realizó 16 expediciones al Sáhara Español en las que estudió numerosos aspectos geológicos de ese territorio y principalmente su estratigrafía, geomorfología y tectónica. La primera consecuencia directa de estos estudios fue la realización de su tesis doctoral, dos monografías y más de 50 artículos en diversas revistas especializadas. Además, en colaboración con los profesores Eduardo y Francisco Hernández Pacheco, Carlos Vidal Box y Emilio Guinea López escribió un importante estudio, referencia científica obligada de los trabajos científicos que se han realizado sobre este antiguo territorio español: El Sahara español, estudio geográfico, geológico y botánico (1949).
 En 1947 como consecuencia de estos trabajos descubrió en Bucraa los riquísimos yacimientos de fosfato del Cretácico-Eoceno, que más tarde fueron explotados por la compañía FosBucraa, que construyó una cinta transportadora de más de 100 km con el fin de llevar el fosfato hasta la costa, lo que dio un gran impulso económico y demográfico a la zona.  En la actualidad son explotados por la Office Chérifien des Phosphates marroquí. 
En 1952, en el Congreso Geológico Internacional celebrado en Argel, presentó el primer Mapa Geológico del Sáhara Español a escala: 1:2.000.000 y, en 1962, contribuyó a la elaboración del Mapa Tectónico de África, con la parte correspondiente al Sáhara español.
En 1953 fue nombrado jefe del Servicio de Investigación Geológica de la Junta de Energía Nuclear y en 1963 consiguió la cátedra de Geodinámica Interna de la Universidad Central en Madrid, donde permaneció hasta su jubilación, acaecida en 1985.

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