Soldado del espíritu, el investigador defiende a su patria con el microscopio, la balanza, la retorta o el telescopio (Santiago Ramón y Cajal)

13 septiembre, 2022

José de Acosta, precursor de Humboldt (I)

 

Al finalizar septiembre o al iniciarse el mes de octubre de 1540 nacía en la localidad vallisoletana de Medina del Campo José de Acosta, uno de los jesuitas más doctos del orbe y uno de los más importantes naturalistas de su tiempo. Fue considerado el nuevo Plinio, en referencia al naturalista del Imperio romano, pero sus conocimientos sobre los territorios recién descubiertos le llevaron a ser denominado el "Plinio del Nuevo Mundo".
Era uno de los nueve hijos de un matrimonio de origen judío que gozaba de una situación económica desahogada, pero se hizo jesuita... como cuatro de sus hermanos. Educado en el colegio que la Compañía de Jesús tenía en su lugar de nacimiento, en 1552 marchó al noviciado de Salamanca y dos años después hizo sus primeros votos religiosos y volvió a Medina del Campo. Después cursó estudios de Filosofía, Sagradas Escrituras, Derecho Canónico y Teología en la Universidad de Alcalá de Henares.
Destinado a las misiones andinas, en 1572, después de un año de travesía, llega a Lima, en el Virreinato del Perú, donde imparte clases de Teología. A principios de 1.575 fue nombrado Rector del Colegio de San Pablo, impartiendo cursos de Latinidad, Retórica, Arte y Teología, con tanto éxito, que dejó sin alumnos a la recién fundada Universidad de San Marcos de Lima. Cuatros meses más tarde fue designado Provincial del Perú, de manera que fue el segundo de los que tuvo la Compañía en América.
En 1586 los problemas de salud y las inquietudes que tuvo en su cargo de Provincial de la Compañía hicieron que el padre Acosta pidiera volver a la Península ya que se encontraba "aquejado de congojas del corazón y humor de melancolía", lo que parece implicar una probable enfermedad depresiva o, como dicen otros, alguna dolencia debida al "mal de altura".
Destinado a Nueva España, reside en la ciudad de México casi un año y en 1587 regresa a la Península. Ocupó la cátedra de Teología en el Colegio Romano en 1594 y hasta su fallecimiento fue nombrado rector de la Universidad de Salamanca. En esta ciudad falleció el 15 de Febrero de 1600.
Como fruto de su experiencia evangelizadora escribió muy pronto, en latín, seis libros que formaron De Procuranda Indorum Salute (Predicación del Evangelio en Indias), un importante manual en relación la propagación del Evangelio en Indias, en el que se denuncian algunos abusos de los españoles.
Pero, además, su mentalidad abierta y científica le hace observar detenidamente la geografía y naturaleza del Nuevo Continente, de las que dio buena cuenta. Así, recién llegado a la Península publica dos libros sobre la naturaleza americana, y que titula De Natura Novi Orbis, como proemio de la obra ya citada De Procuranda. Dedicada al rey Felipe II, el título completo de la misma es: De Natura Novi Orbis Libri Duo, et De Promulgatione Evangelii apud Barbaros sive de Procuranda Indorum Salute, Libri Sex, De Procurada Indorum Salute (1588). El texto tuvo varias ediciones en poco tiempo.
Toda su fama, al menos desde un punto de vista científico, se la debe a una obra monumental escrita con un lenguaje claro y sencillo: Historia natural y moral de las Indias, publicada en Sevilla en 1590. El título completo de la misma es Historia Natural y Moral de las Indias. En que se tratan las Cosas notables del Cielo y elementos, metales, plantas y animales de ellas y los ritos, ceremonias, leyes y gobierno y guerras de los indios.
En menos de 20 años la obra tuvo cuatro ediciones en España y en menos de 15 fue traducida al francés, italiano, alemán, holandés y latín. Esto nos da una idea de la importancia que tuvo en toda Europa.
José de Acosta es un excelente ejemplo de uno de los muchos religiosos que se embarcaron, a lo largo del siglo XVI, con destino a las Indias. En la Historia natural y moral de las Indias discutió la forma del cielo y de la Tierra, estudió los vientos, mares y ríos del Nuevo Continente, trató de los minerales, vegetales y animales suramericanos y explicó el origen de estos últimos. En resumen, su obra es un compendio de geografía, filosofía natural, botánica y zoología. Él mismo nos los dice en la introducción:
"Así que aunque el mundo nuevo ya no es nuevo sino viejo, según hay mucho dicho y escrito de él, todavía me parece que en alguna manera se podrá tener esta Historia por nueva, por ser conjuntamente Historia y en parte Philosofía, y por ser no sólo de las obras de naturaleza, sino también las de libre albedrío, que son los hechos y costumbres de hombres. Por donde me pareció darle nombre de Historia Natural y Moral de Indias, abrazando con este intento ambas cosas".
El título bicéfalo (natural y moral) agrupa una serie de escritos monográficos que describen la geografía, la naturaleza y las sociedades americanas. Es el primero de los cronistas de Indias que titula así su obra.
Acosta estructura su texto en siete libros, cuatro de historia natural y tres de historia moral, que se dedican a los aspectos políticos y religiosos. Desde el punto de vista científico destacan, por tanto, el primer libro que se ocupa de la esfericidad de la Tierra y de las características de los hemisferios meridionales y occidentales; el segundo, en el que estudia el clima, temperatura y lluvia en la zona tropical; el tercero, en el que trata de los vientos, océanos y las tierras; y el cuarto que comprende el estudio de los minerales, plantas, y  animales.
No obstante, Acosta no intenta realizar en su Historia Natural y Moral una revisión profunda de los fenómenos y seres propios de la naturaleza americana, sino que desea estudiar su significado. Por eso se pregunta "cómo sea posible haber en las Indias animales que no hay en otra parte del mundo".
Continuará


No hay comentarios:

Publicar un comentario