Al
finalizar septiembre o al iniciarse el mes de octubre de 1540 nacía en la
localidad vallisoletana de Medina del Campo José de Acosta, uno de
los jesuitas más doctos del orbe y uno de los más importantes naturalistas de
su tiempo. Fue considerado el nuevo Plinio, en referencia al naturalista del
Imperio romano, pero sus conocimientos sobre los territorios recién
descubiertos le llevaron a ser denominado el "Plinio del Nuevo
Mundo".
Era
uno de los nueve hijos de un matrimonio de origen judío que gozaba de una
situación económica desahogada, pero se hizo jesuita... como cuatro de sus
hermanos. Educado en el colegio que la
Compañía de Jesús tenía en su lugar de nacimiento, en 1552
marchó al noviciado de Salamanca y dos años después hizo sus primeros votos
religiosos y volvió a Medina del Campo. Después cursó estudios de Filosofía,
Sagradas Escrituras, Derecho Canónico y Teología en la Universidad de Alcalá
de Henares.
Destinado
a las misiones andinas, en 1572, después de un año de travesía, llega a Lima,
en el Virreinato del Perú, donde imparte clases de Teología. A principios de
1.575 fue nombrado Rector del Colegio de San Pablo, impartiendo cursos de
Latinidad, Retórica, Arte y Teología, con tanto éxito, que dejó sin alumnos a
la recién fundada Universidad de San Marcos de Lima. Cuatros meses más tarde fue
designado Provincial del Perú, de manera que fue el segundo de los que tuvo la Compañía en América.
En
1586 los problemas de salud y las inquietudes que tuvo en su cargo de
Provincial de la Compañía
hicieron que el padre Acosta pidiera volver a la Península ya que se
encontraba "aquejado de congojas
del corazón y humor de melancolía", lo que parece implicar una
probable enfermedad depresiva o, como dicen otros, alguna dolencia debida al "mal
de altura".
Destinado
a Nueva España, reside en la ciudad de México casi un año y en 1587 regresa a la Península. Ocupó la cátedra de Teología en el Colegio
Romano en 1594 y hasta su fallecimiento fue nombrado rector de la Universidad de
Salamanca. En esta ciudad falleció el 15 de Febrero de 1600.
Como fruto de su
experiencia evangelizadora escribió muy pronto, en latín, seis libros que
formaron De Procuranda Indorum Salute
(Predicación del Evangelio en Indias), un importante manual en relación la propagación
del Evangelio en Indias, en el que se denuncian algunos abusos de los
españoles.
Pero,
además, su mentalidad abierta y científica le hace observar detenidamente la geografía
y naturaleza del Nuevo Continente, de las que dio buena cuenta. Así, recién
llegado a la Península
publica dos libros sobre la naturaleza americana, y que titula De Natura Novi Orbis, como proemio de la
obra ya citada De Procuranda.
Dedicada al rey Felipe II, el título completo de la misma es: De Natura Novi Orbis Libri Duo, et De Promulgatione Evangelii apud Barbaros sive de
Procuranda Indorum Salute, Libri Sex, De Procurada Indorum Salute (1588).
El texto tuvo varias ediciones en poco tiempo.
Toda
su fama, al menos desde un punto de vista científico, se la debe a una obra
monumental escrita con un lenguaje claro y sencillo: Historia natural y moral de las Indias, publicada en Sevilla en
1590. El título completo de la misma es Historia
Natural y Moral de las Indias. En que se tratan las Cosas notables del Cielo y
elementos, metales, plantas y animales de ellas y los ritos, ceremonias, leyes
y gobierno y guerras de los indios.
En
menos de 20 años la obra tuvo cuatro ediciones en España y en menos de 15 fue
traducida al francés, italiano, alemán, holandés y latín. Esto nos da una idea
de la importancia que tuvo en toda Europa.
José
de Acosta es un excelente ejemplo de uno de los muchos religiosos que se
embarcaron, a lo largo del siglo XVI, con destino a las Indias. En la Historia natural y moral de las Indias discutió
la forma del cielo y de la
Tierra , estudió los vientos, mares y ríos del Nuevo
Continente, trató de los minerales, vegetales y animales suramericanos y
explicó el origen de estos últimos. En resumen, su obra es un compendio de
geografía, filosofía natural, botánica y zoología. Él mismo nos los dice en la
introducción:
"Así
que aunque el mundo nuevo ya no es nuevo sino viejo, según hay mucho dicho y
escrito de él, todavía me parece que en alguna manera se podrá tener esta
Historia por nueva, por ser conjuntamente Historia y en parte Philosofía, y por
ser no sólo de las obras de naturaleza, sino también las de libre albedrío, que
son los hechos y costumbres de hombres. Por donde me pareció darle nombre de
Historia Natural y Moral de Indias, abrazando con este intento ambas
cosas".
El título bicéfalo (natural y moral) agrupa una
serie de escritos monográficos que describen la geografía, la naturaleza y las
sociedades americanas. Es el primero de los cronistas de Indias que titula así
su obra.
Acosta estructura su texto en siete libros, cuatro de historia natural y tres de historia moral, que se dedican a los
aspectos políticos y religiosos. Desde
el punto de vista científico destacan, por tanto, el primer libro que se ocupa
de la esfericidad
de la Tierra y
de las características de los hemisferios meridionales y occidentales; el
segundo, en el que estudia el clima, temperatura y lluvia en la zona tropical;
el tercero, en el que trata de los vientos, océanos y las tierras; y el cuarto que
comprende el estudio de los minerales, plantas, y animales.
No
obstante, Acosta no intenta realizar en su Historia
Natural y Moral una revisión profunda de los fenómenos y seres propios de
la naturaleza americana, sino que desea estudiar su significado. Por eso se
pregunta "cómo sea posible haber
en las Indias animales que no hay en otra parte del mundo".
Continuará
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