Soldado del espíritu, el investigador defiende a su patria con el microscopio, la balanza, la retorta o el telescopio (Santiago Ramón y Cajal)

13 octubre, 2022

Félix de Azara, el "Darwin español"

 El 18 de mayo de 1742 nacía en  la localidad oscense de Barbuñales, cerca de Basbastro, Félix de Azara, un gran personaje de la ciencia de la España del siglo XVIII y uno de los más grandes naturalistas y etnógrafos de la centuria ilustrada. Es considerado por muchos “El Darwin español”.

Nacido en una familia ilustre, estudió las primeras letras en el hogar familiar y, más tarde, en la Universidad de Huesca aprendió matemáticas y otras disciplinas científicas. En 1765 ingresó en el Ejército y en la Academia Militar de Barcelona alcanzó el grado de subteniente de infantería e ingeniero delineador. Sus primeros trabajos lo llevaron a recorrer muchas regiones españolas realizando diversos encargos de ingeniería. Fundó la Real Sociedad Aragonesa de Amigos del País.

Azara pintado (1805) por Goya 

En 1781, siendo teniente coronel, se produce un cambio trascendental en su vida: la Corona española le ordena viajar a América como comisario de una comisión hispano-lusa que debe delimitar las fronteras de los territorios colonizados por España y Portugal. Es una misión derivada del Tratado de Tordesillas (1494) que, actualizado en 1750, encarga a los ingenieros de ambas naciones la determinación de un meridiano, al Este del cual las tierras fueran de Portugal y al Oeste, de España. El encargo es, por tanto, cartográfico. Va a durar algunos meses pero se prolonga durante 20 años y se transforma en una empresa propia de un naturalista. Al militar aragonés le corresponde el reconocimiento de las regiones comprendidas al norte de Buenos Aires hasta el Paraguay.

En Asunción, Paraguay, realiza los preparativos para los que fue enviado, pero la falta de interés del comisario portugués y el retraso en la llegada de órdenes hizo que Azara viajara por su cuenta para ocupar el tiempo:

“...me vi precisado a meditar sobre la elección de algún objeto que ocupase mi detención con utilidad (...) No podía apenas ocuparme más que de los objetos que me presentaba la Naturaleza. Me encontré, pues, casi forzado a observarla y veía a cada paso seres que fijaban mi atención porque me parecían nuevos”.

En sus viajes, costeados por él, muchos realizados a escondidas y por pocos días (la orden regia le obligaba a quedarse en la capital) anotó las observaciones que hacía de la naturaleza y, muy especialmente, de las plantas, animales y hombres que aparecían en su periplo; con escasos conocimientos zoológicos y sin más ayuda que una traducción al español de las obras de Buffon (1707-1788), el naturalista autodidacta estudió la morfología de los animales, los dibujó y clasificó según sus, al principio, escasos conocimientos de historia natural.

Azara toma unos apuntes que serán el embrión de futuras obras que se publicaron primero en francés y en 1802 es castellano: Apuntamientos sobre la historia natural de los quadrúpedos del Paraguay y Río de la Plata (1802) y los tres volúmenes de los Apuntamientos para la historia natural de los Paxaros del Paraguay y Rio de la Plata (1802-1805); por otra parte, su libro más importante, Viajes por la América meridional, apareció en francés en 1809 y no se publicó en español, en Montevideo, hasta 1846 y en España hasta 1923. No obstante tuvo gran predicamento en la Europa culta del siglo XIX: se tradujo al alemán en 1810, al italiano en 1817 y al inglés en 1835.

Su aportación a la zoología descriptiva, tanto ornitológica como sobre mamíferos, es espléndida en los aspectos morfológicos, etológicos, geográficos, etc. Muchas aves y mamíferos aceptados hoy están basados en sus descripciones y algunas de estas especies están inmortalizadas con su nombre, como por ejemplo Didelphis azarae o zarigüeya de Azara y el roedor Dasyprocta azarae. Describió 448 especies, de las que la mitad eran desconocidas por los naturalistas.


Dasyprocta azarae.

Además, realiza un estudio crítico de la taxonomía de Buffon y discute la teoría de las grandes migraciones animales incluyendo la posibilidad de creaciones simultáneas y creaciones sucesivas.

Algunas de sus colecciones se perdieron: en 1789 se enviaron al Gabinete de Historia Natural unos 400 pájaros conservados en espíritu de vino. El material ornitológico fue rechazado porque los nombres de las aves estaban escritos en lenguas indígenas y porque no se citaba la autoridad científica de Buffon.

Azara no se limita en sus textos a la exhaustiva descripción zoológica, sino que diseña un conjunto de ideas sobre asuntos biológicos fundamentales: las variaciones de los animales en libertad y en domesticidad, las relaciones depredador-presa y huésped-parásito, el origen de las especies peculiares del Nuevo Mundo, la selección artificial, etc. Hay autores que ven en Azara a un verdadero precursor de la biogeografía, tal como la entendemos hoy, en la medida que llena el vacío que separa las aportaciones biogeográficas de Buffon y las de Humboldt. Además, tuvo una gran influencia en las posteriores concepciones biológicas de Darwin, que leyó al aragonés en sus versiones francesas, y de quien se consideró deudor científico. De hecho, Darwin cita varias veces al aragonés en su Viaje de un Naturalista alrededor del mundo, y algunas de sus observaciones se pueden leer El Origen de las Especies.

Y es que Azara rechazó la idea de Buffon de que el clima es suficiente para  explicar las variaciones hereditarias de los animales y así considera otras causas: “Yo no sé por qué se recurre a influjos conjeturales de climas para explicar las variedades de color, cuando es mucho más sencillo, probable y natural que de dos individuos comunes nazca uno de otro color que se perpetúe; pues esto es cosa que se ve acaecer en muchos y diversos climas, y en el mismo de diversos modos”. Y también, cuando se refiere a los toros con y sin cuernos dice: “Se ve igualmente por esto que los individuos singulares, que la Naturaleza produce alguna vez por accidente, se perpetúan como los otros”. Con esto hace referencia a lo que hoy consideramos mutaciones.

A fines de 1801, Azara recibió la orden de regresar a la Península. Tras su llegada a España, su influyente hermano Nicolás le hizo llamar a París y consiguió que sus obras aparecieran primero en Francia (después se publicaron en España como ya hemos dicho). Allí se relacionó con los naturalistas franceses de la época, que eran de los más reconocidos en el mundo, entre ellos Georges Cuvier (1769-1832), considerado el “padre” de la paleontología y de la anatomía comparada, y Étienne Geoffroy Saint-Hilaire (1772-1844), el fundador de la teratología. Su trabajo fue muy bien recibido por muchas sociedades científicas.

Dos años más tarde le ofrecieron el virreinato de México, pero lo rechazó y se retiró a su pueblo de nacimiento, donde redactó muchos informes y modificó algunos de sus escritos. En desacuerdo con las ideas absolutistas de la época,  rehusó la Orden de Isabel la Católica que le fue ofrecida en 1815.

En su Barbuñales natal murió el 17 de octubre de 1821.

Una dorsal lunar tiene su nombre, la Dorsum Azara y Azara, una pequeña población de poco más de 20.000 habitantes, en la provincia de Misiones, se llama así en su memoria.

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