El 25 de marzo de 1848
nacía en Navalmoral de
Su trabajo fue la enseñanza: primero como auxiliar de Lógica en el Instituto del Noviciado de Madrid; durante seis años, hasta 1875, sustituyendo a Nicolás Salmerón en la cátedra de Metafísica en la Universidad Central; y, desde 1873 y hasta su fallecimiento, como catedrático de Psicología, Lógica y Filosofía Moral en el Instituto San Isidro de Madrid.
Conocemos una
descripción que del joven extremeño hizo el gran novelista Clarín:
“En el sillón del catedrático
estaba un joven de poco más de veinte años, moreno, de aventajada estatura a juzgar por el busto. Hablaba con rapidez y
con gesto y acento apasionados, movía mucho los brazos extendidos, y tenía
cierta expresión de misterio en la mirada, en las inclinaciones de la cabeza y
en el ir y venir de las manos, que a veces tomaban movimientos de alas. Parecía
un moro vestido de levita.”
Falleció en Madrid en
enero de 1904.
Aunque es bastante
evidente que los méritos más significativos de Urbano González Serrano se
encuentran en el terreno de la psicología, también realizó estudios sobre
sociología, moral, ética, filosofía, pedagogía, crítica literaria, etc.
Urbano González Serrano
se inició en el campo de la psicología con una obra menor de entre las que
escribió sobre este asunto. Es el texto para sus alumnos del Instituto San
Isidro madrileño: Manual de Psicología,
Lógica y Ética (1880). El mismo año aparece el folleto La Psicología contemporánea, en el que explora la psicología de Wilhelm
Wundt (1832-1920) y ocho años después ve la luz Psicología del amor.
No cabe la menor duda que la obra psicológica de mayor importancia científica de nuestro autor es la Psicología Fisiológica, que aparece en 1886. Aunque ya habían visto la luz diversos textos con un cierto carácter psicofisiológico, el libro del extremeño es el primero de este tipo que se publica en nuestro país y, quizá, es la contribución más importante a la psicología española en el siglo XIX.
Toda la Psicología
Fisiológica de González Serrano está impregnada de una defensa de la psicología
como ciencia ya que “cualitativamente, por la intensidad e intención del
pensamiento, no van los estudios psicológicos a la zaga de ningún otro” . En
efecto, es consciente de que se encuentra en un época donde se están
produciendo importantes descubrimientos científicos y por ello reclama esa
misma renovación en la ciencia psicológica ya que hay una “necesidad imperiosa
de que los moldes cerrados, dogmáticos, oficiales y aun académicos de la
Psicología tradicional se abran a las legítimas influencias de la cultura
novísima, enriqueciendo el conocimiento que de su interior adquiere el hombre
por la observación directa de la conciencia con los copiosos datos que la
experiencia fisiológica porta al acervo común” . Es decir, propone la comunión
entre el proceso introspectivo y la experimentación, pero sin considerar a la
“nueva psicología” como la negación de la filosofía sino más bien como una
superación de la misma al enriquecer el problema del alma con los datos
experimentales y de la cultura. Pero sin la experiencia, “la observación
interior y las percepciones de conciencia sólo pueden dar de sí una Psicología
estadiza y muerta que jamás rebase la categoría de ciencia descriptiva” ; y es
que el hecho de que la nueva ciencia psicológica se ocupe de los hechos que
explican las ciencias empíricas, no justifica el desentendimiento de otras
formas de conocimiento. Por ello, en el pensamiento del extremeño queda muy claro
que no se trata de sustituir la ciencia del alma por la fisiología, aunque lo
fisiológico sea el principio motor de lo psíquico, sino que hay que desarrollar
la psicología fisiológica.Obra de Juan Montañés
sobre el psicólogo extremeño
Creemos que, en cierta
medida, la posición de González Serrano es intermedia entre los que consideran
los saberes experimentales como innecesarios para la psicología y aquellos para
los que conciben esta disciplina como una fisiología especial, parcial, la de
los órganos encargados de realizar las funciones anímicas.
Por último, podemos decir que, según el extremeño, la psicología fisiológica se orienta en dos importantes direcciones: “se esfuerza por atenerse a los datos empíricos y a las percepciones de la conciencia” y “estudia la vida humana y en ella reconoce que todo es psico-físico”.
La psicología que se observa en González Serrano es perfectamente resumible en los siguientes términos: a)no es metafísica aunque tampoco es contraria a la metafísica; b)es una ciencia biológica y fisiológica; y c)lo fisiológico es el agente generador de lo psíquico.
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