Soldado del espíritu, el investigador defiende a su patria con el microscopio, la balanza, la retorta o el telescopio (Santiago Ramón y Cajal)

18 enero, 2024

Un español que fue el más ilustre colaborador que jamás tuvo Rusia

 

El día 1 de febrero de 1758 nacía en la población tinerfeña de Puerto de la Orotava (hoy Puerto de la Cruz)  y Molina, científico e ingeniero civil y uno de los científicos europeos más influyentes de su época.

Después de haber recibido una primera formación con los dominicos de La Orotava y con su madre, que le enseña francés, consigue el grado de teniente de milicias y con veinte años marcha a Madrid para completar sus conocimientos científicos y artísticos en los Reales Estudios de San Isidro y en la Academia de Bellas Artes de San Fernando respectivamente.

Muy pronto, el conde de Floridablanca le encargó actividades técnicas importantes  y la primera de ellas fue realizar una inspección de las minas de Almadén, cuyo resultado fueron tres Memorias,  de 1783, con unos espléndidos dibujos. Trataban sobre sobre el agua de las minas, sobre la maquinaria y sobre la fundición del mineral.

Sello ruso recordando el 250 aniversario
 de la muerte del ingeniero español

Este año lanzó en noviembre, en Aranjuez,  el primer globo aerostático que voló España, 8 meses después que hicieran lo mismo en Francia los hermanos  Montgolfier.

En la primavera siguiente, recomendado por Floridablanca, marcha a París a la École des Ponts et Chaussées para ampliar sus conocimientos y permanece en territorio francés (con la excepción de una breve estancia en Inglaterra en 1788) hasta 1791.

El embajador español en Francia, el conde de Aranda, le encargó en 1785 una  Memoria sobre la purificación del carbón de piedra, y modo de aprovechar las materias que contiene, que el embajador envió a Oviedo con el fin de que los avances tecnológicos pudieran utilizarse en las minas asturianas.

En 1788, el ingeniero español, que estaba interesado en la máquina de vapor, se entrevistó con sus inventores: James Watt y su socio, el constructor de maquinaria Matthew Boulton.  Los inventores ingleses le recibieron en Albion Mills, la empresa de Boulton donde se construía la máquina, y le hablaron de su máquina de vapor de doble efecto, pero no se la enseñaron, aunque la pudo ver parcialmente. Entendió cómo funcionaba y antes de terminar el año presentó a la parisina Academia de Ciencias una Memoire sur une machine à vapeur à double effet,  máquina basada en la de Watt. Aunque más tarde fue acusado por los ingleses de  espionaje industrial, lo cierto es que  Betancourt nunca consideró suyo el invento.

Asimismo, en 1790, construyó con los hermanos Périer la primera máquina industrial  para dar energía a unos molinos en la parisina isla de los Cisnes.

También inventó, con su amigo Abraham Louis Breguet, un nuevo telégrafo óptico que fue evaluado por la Academia de Ciencias  como mucho mejor que el que funcionaba entonces en Francia y que era obra del ingeniero Claude Chappe. Este telégrafo no se puso en funcionamiento en Francia pero en España, en 1800,  ya había una línea entre Madrid y Aranjuez.

Hay que destacar que en París dirigió un grupo de pensionados españoles que en poco tiempo crearon una  colección de memorias, planos y documentos de ingeniería civil que fue única en Europa. En efecto, esa colección se llevó a Madrid en 1791 y los  270 modelos, 359 planos y 99 memorias, se expusieron en público el año siguiente en el palacio del Buen Retiro de Madrid. Este primer museo, para especialistas y el público en general, recibió el nombre de Real Gabinete de Máquinas.

Dibujos de Betancourt

En 1799  se crea la Inspección General de Caminos y Canales y su primer director fue el conde de Guzmán, al que sucedió en 1801 el ingeniero canario. En poco tiempo reorganizó el Cuerpo y, en 1802, creó, bajo su dirección, un nuevo centro de formación de técnicos en ingeniería civil, denominado inicialmente Estudios de la Inspección General de Caminos y Canales, y el año siguiente Escuela de Caminos y Canales, nombre que mantuvo hasta que en 1835 tomó el de Escuela de Caminos, Canales y Puertos. Betancourt incluyó en la Escuela el Real Gabinete de Máquinas.

El ambiente de la política española y sus relaciones con Godoy hicieron que Betancourt abandonara nuestro país de manera que en mayo de 1807 fijó su residencia en París y el año siguiente, con José María de Lanz, llevó a la imprenta su célebre tratado de mecánica: Essai sur la composition des machines.

 Antes, al finalizar 1807, fue a San Petersburgo y fue recibido por el zar Alejandro I con el que, probablemente, acordó  su servicio como ingeniero y en septiembre del año siguiente, con su familia, se instaló definitivamente en la, entonces, capital de Rusia. En efecto, coincidiendo con la invasión de las tropas de Napoleón en España, acepta la oferta del zar, que reconoció el grado militar que tenía en nuestro país (teniente general), y fue incorporado a la Corte imperial.

Betancourt no se hizo súbdito de ese imperio, no habló ruso, ni cambió de religión, pero en aquel país muchos le consideraron un “español ruso”.

Puente Kamennoostrovskii

Construyó la “sala ecuestre cubierta” de Moscú, modernizó la fábrica de cañones de Tula, creó una escuela de ingeniería civil, similar a la de Madrid,  fue responsable de la creación del Cuerpo de Ingenieros de Vías de Comunicación y del Instituto de Vías de Comunicación (del que se ocupó de la parte económica y educativa e impartía conferencias sobre ingeniería) y diseñó la máquina para dragar el puerto de Kronstadt,  que defendía la entrada por mar de San Petersburgo y que empezó a funcionar en 1812. En 1818 fue nombrado director general de la Dirección de Comunicaciones Acuáticas y Terrestres.

En Rusia se imprimían hasta entonces rublos de mala calidad que permitían una falsificación fácil, lo que fue aprovechado por los franceses cuando ocuparon Moscú. Después de derrotar a Napoleón, el zar encargó a Betancourt el bosquejo artístico del nuevo rublo de papel  y la construcción de la fábrica en San Petersburgo que tenía que imprimirlos, que  también fue diseñada por nuestro ingeniero.

Asimismo, construyó el puente Kamennoostrovskii, sobre el Nevka, con siete arcos de madera, el mayor de los cuales tenía unos veinticinco metros de luz. Colaboró técnicamente en construcción de la catedral de San Isaac, proyectó y construyó muelles fluviales, esclusas, diseñó máquinas para dragar los canales y eliminar las hierbas que dificultan la navegación. También fue impulsor de los primeros barcos vapores de paletas.

Catedral de san Isaac

En el urbanismo creó el complejo ferial de Nizhni Novgorod, probablemente su obra más importante. En el verano de 1817 eligió unos terrenos en la confluencia de los ríos Oka y Volga. La feria se comunicaría con un canal (después denominado de Betancourt) con ambos ríos navegables. En julio de 1822 se inauguraron las nuevas instalaciones: un edificio central, dos administrativos,  centros comerciales, una iglesia, puentes, etc.  Cuando en 1824 falleció Agustín Agustinovich Betancourt, como era conocido en Rusia, sobre su tumba, en el cementerio luterano de San Petersburgo, se colocó una vista de la feria con una inscripción escrita en francés: “Regalo de los feriantes de Nizhni Novgorod”.

Rusia le honró en vida y después: el tren rápido que desde 1993 circula entre San  Petersburgo y Moscú lleva el nombre del ingeniero español; el Ministerio de vías de Comunicaciones creó en 1995 una medalla conmemorativa con su nombre para honrar a los ingenieros que contribuyen a  la enseñanza superior en materia de transporte; en el parque cerca de la Universidad de San Petersburgo hay un monumento que fue inaugurado en 2003 por el entonces príncipe Felipe. Finalmente, en 2018,  fue  abierto al tráfico en San Petersburgo el puente que lleva su nombre. Mijail Gorbachov dijo de él que fue “el más ilustre colaborador que jamás ha tenido Rusia”.

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