Soldado del espíritu, el investigador defiende a su patria con el microscopio, la balanza, la retorta o el telescopio (Santiago Ramón y Cajal)

15 septiembre, 2011

Pedro de Cieza de León: un magnífico relato de Ecología del Nuevo Mundo (y II)


“Pues tornando a esta provincia de Santiago de Puerto Viejo, digo que los indios desta tierra no viven mucho. Y para hacer esta experiencia en los españoles, hay tan pocos viejos hasta agora, que más se han apocado con las guerras que no con enfermedades. De esta línea hasta la parte del polo Artico está el trópico de Cáncer cuatrocientas y veinte leguas della, en veinte y tres grados y medio, donde el sol llega a los 11 de junio y nunca pasa dél; porque desde allí da la vuelta hacia la misma línea equinocial, y vuelve a ella a 13 de setiembre, y por el consiguiente, desciende hasta el trópico de Capricornio otras cuatrocientas y veinte leguas, y está en los mismos veinte y tres grados y medio. Por manera que hay distancia de ochocientas y cuarenta leguas de trópico a trópico. A esto llamaron los antiguos la tórrida zona, que quiere decir tierra tostada o quemada, porque el sol en todo el año se mueve encima della.
Los naturales desta tierra son de mediano cuerpo, y tienen y poseen fertilísima tierra, porque se da gran cantidad de maíz y yuca y ajes o batatas, y otras muchas maneras de raíces provechosas para la sustentación de los hombres. Y también hay gran cantidad de guayabas muy buenas, de dos o tres maneras, y guabas y aguacates y tunas de dos suertes, las unas blancas y de tan singular sabor, que se tiene por fruta gustosa; caimitos y otra fruta que llaman cerecillas. Hay también gran cantidad de melones de los de España y de los de la tierra, y se dan por todas partes muchas legumbres y habas, y hay muchos árboles de naranjos y limas y no poca cantidad de plátanos, y se crían en algunas partes singulares piñas [La enumeración de Cieza es tan precisa que le lleva a informar de la existencia de dos o tres variedades de guayabas y otras tantas de tunas]; y de los puercos que solía haber en la tierra hay gran cantidad, que tenían (como conté hablando del puerco de Urabá) el ombligo junto a los lomos, lo cual no es sino alguna cosa que allí les nace, y como por la parte de abajo no se halla ombligo, dijeron serlo lo que está arriba [Se trata de un Tayassúido, conocido con el nombre de pecarí y que los zoólogos denominan Tayassu taiacu.  Aunque ya Gonzalo Fernández de Oviedo habla de que este animal posee el ombligo en medio del espinazo, el primero que intuye que no es el ombligo sino “alguna cosa que allí les nace” es Cieza. Se trata, en efecto de una glándula odorífera que, en estos animales, tiene una situación dorsal.] y la carne destos es muy sabrosa. También hay de los puercos de la casta de España y muchos venados de la más singular carne y sabrosa que hay en la mayor parte del Perú. Perdices se crían no pocas manadas dellas, y tórtolas, palomas, pavas, faisanes y otro gran número de aves, entre las cuales hay una que llaman xuta, que será del tamaño de un gran pato; a ésta crían los indios en sus casas, y son domésticas y buenas para comer. También hay otra que tiene por nombre maca, que es poco menor que un gallo, y es linda cosa ver las colores que tienen y cuán vivas [La xuta y el maca de los que habla Cieza son la juta y el macá, que son respectivamente una variedad de ganso doméstico y una Colimbiforme que científicamente se denomina Podilymbus podiceps]; el pico destas es algo grueso y mayor que un dedo, y partido en dos perfectísimas colores, amarilla y colorada. Por los montes se ven algunas zorras y osos, leoncillos pequeños y algunos tigres y culebras; pero, en fin, estos animales antes huyen del hombre que no le acometen. Otros algunos habrá de que yo no tengo noticia. Y también hay otras aves nocturnas y de rapiña, así por la costa como por tierra dentro, y algunos cóndores y otras aves llamadas gallinazas hediondas, o por otro nombre auras [El aura es el buitre de cuello rojo, Cathartes aura; pertenece al orden de las Falconiformes, lo mismo que el recién nombrado cóndor, Vultur gryphus]. En las quebradas y montes hay grandes espesuras, florestas y árboles de muchas maneras, provechosos para hacer casas y otras cosas; en lo interior de algunos dellos crían abejas, que hacen en la concavidad de los árboles panales de miel singular. Tienen estos indios muchas pesquerías, a donde matan pescado en cantidad; entre ellos se toman unos que llaman bonitos, que es mala naturaleza de pescado, porque causa a quien lo come calenturas y otros males.Y aun en la mayor parte desta costa se crían en los hombres unas verrugas bermejas del grandor de nueces, y les nascen en la frente y en las narices y en otras partes; que, demás de ser mal grave, es mayor la fealdad que hace en los rostros, y créese que de comer algún pescado procede este mal. Como quiera que sea, reliquias son de aquella costa, y sin los naturales, ha habido muchos españoles que han tenido estas verrugas [Parece que la enfermedad mortal a la que se refiere el cronista es la uta. Esta enfermedad está producida por el protozoo Leishmania tropica].

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