Soldado del espíritu, el investigador defiende a su patria con el microscopio, la balanza, la retorta o el telescopio (Santiago Ramón y Cajal)

21 mayo, 2012

Conocimientos científicos de Lope de Vega


El gran Lope de Vega da cuenta de la utilidad de las plantas del huerto de Belardo (en una de sus poesías líricas) utilizando conceptos de la medicina y farmacopea clásicas:
Hortelano era Belardo
de las huertas de Valencia,
que los trabajos obligan
a los que el hombre no piensa.
Pasado el hebrero loco,
flores para mayo siembra,
que quiere que su esperanza
dé fruto a la primavera.
El trébol para las niñas
pone al lado de la huerta,
que por la fruta de amor
de las tres hojas aprenda.
Albahacas amarillas,
a partes verdes y secas,
trasplanta para casadas
que pasan ya de los treinta
y para las viudas pone
muchos lirios y verbena,
por que los verde del alma
encubre la saya negra.
torongil para muchachas
de aquellas que ya comienzan
a deletrear mentiras,
que hay poca verdad en ellas.
El apio a las opiladas
y a las preñadas almendras,
para melindrosas cardos
y ortigas para las viejas.
Lechugas para briosas
que cuando llueve se queman,
mastuerzo para las frías
y ajenjos para las feas.
(…)
Creo que tres observaciones son más que suficientes para demostrar el conocimiento científico de Lope. Según la doctrina galénica imperante en la época, las sustancias de complexión caliente y seca eran utilizadas para las enfermedades de causa fría como los dolores de cabeza, de pecho y otros. Por eso Lope nos dice: “mastuerzo para las frías” ya que, tal y como podemos comprobar en los muy leídos en su tiempo comentarios de Andrés Laguna(ca. 1510-1559) a la Materia medica de Dioscórides, la planta es “caliente y seca”; así mismo, los versos de Lope, “apio a las opiladas” y “lechugas para briosas” tienen su razón de ser en las recomendaciones del médico segoviano que aconseja el apio, entre otra cosas, para “desopilar el hígado y bazo” y la lechuga porque “refrena el furor de la cólera”.

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