Soldado del espíritu, el investigador defiende a su patria con el microscopio, la balanza, la retorta o el telescopio (Santiago Ramón y Cajal)

08 junio, 2012

Los conocimientos complementarios a la hidrología en el siglo XIX


Durante mucho tiempo, antes de que la hidrología tuviera cierta entidad en los centros universitarios, los saberes científicos al respecto eran muy peculiares. Hay que tener en cuenta que la hidrología no formó parte del currículum de la carrera de médico hasta 1866, donde se impartía en la asignatura de “Ampliación de la Terapéutica y Farmacología. Hidrología médica”, bien es cierto que no hubo cátedra de la disciplina hasta 1912 y sólo en Madrid.

 La enseñanza no oficial de esta disciplina se redujo a los cursos que impartió en la capital de España, a finales del siglo XIX, Hipólito Rodríguez Pinilla (1860-1936) y que fueron el punto de partida de la futura independencia de esta disciplina.
Por todo lo anterior, los conocimientos sobre la hidrología médica debían de ser adquiridos por los galenos de una manera autodidacta. Por eso, hay que destacar que las personalidades más importantes de la hidrología médica española del siglo XIX tenían unos saberes en ciencias auxiliares adquiridos muy lejos de la Facultad de Medicina.
Las ciencias auxiliares que debían formar parte de los conocimientos del médico de baños eran la química, física, geología, geografía, botánica y zoología especialmente ya que eran fundamentales a la hora de redactar las topografías médicas. Así, los Apuntes hidrológicos (1867) de Antonio Berzosa y Mateo (1822-1871), director que fue durante varios años del balneario pacense de Alange, se encuentran precedidos de “algunas nociones de las ciencias auxiliares que facilitan el estudio de la Hidrología médica”.
Así, de los diez capítulos de la obra, en los seis primeros se tratan asuntos en los que se hace referencia a las ciencias complementarias necesarias para la hidrología: I.- Climatología. Del clima y de los elementos que contribuyen a su constitución; II.- Meteorología. Importancia que tiene en hidrología médica el estudio de la meteorología; III.- Geología. Importancia que tiene la Geología en el estudio de las aguas minerales y ventajas que proporciona para el conocimiento de varios fenómenos naturales; IV.-Del agua en general. De lo que se entiende por aguas potables y su diferencia de las minerales; V.-Del agua minero-medicinal. De lo que se entiende por aguas minerales, y de las clases en que se dividen las que tienen aplicación terapéutica; VI.-Análisis de las aguas minerales. De la manera de apreciar los caracteres organolépticos de las aguas minerales.
 En estos Apuntes hidrológicos se puede leer lo siguiente: “¿Podrá nadie poner en duda la importancia principalísima de las ciencias naturales, de la física, de la climatología, de la meteorología, y sobre todo de la química en el estudio de la hidrología médica? ¿Podrá emplearse un medicamento en el tratamiento de una enfermedad, sin conocerle lo más íntimamente posible? Esto es tan obvio, que no necesitamos esforzarnos para probarlo”.
Y más adelante pedía el concurso de los científicos de las diferentes disciplinas: “Físicos, Químicos, Naturalistas y Médicos, agrúpense bajo el frondoso árbol de la ciencia, y entonces serán inmensas las ventajas que obtendrá la hidrología médica, recibiendo el concurso de todos los conocimientos que pueda proporcionar la observación clínica, el estudio analítico del agente medicinal, y el de todas las circunstancias y condiciones en que este ejerce sus virtudes”.
Pocos años después, el director de Alange Mariano de Rementería y Pimentel firma su Memoria anual con la titulación académica: “Doctor en las facultades de Medicina y Ciencias Físico-Químicas”.

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