Juan
Justo García fue una de las figuras más destacadas de la, en su época, no muy
eminente Universidad de Salamanca, centro del que fue Vicerrector (1823).
Nacido
en Zafra (Badajoz) el 11 de febrero de 1752, Juan Justo Saturnino García
recibió el grado de Bachiller en Teología en 1772, se ordenó sacerdote, más
tarde también obtuvo el grado de Bachiller en Artes (1773) y en 1778 el de Licenciado en
Artes.
Buen
conocedor del latín, hebreo y francés y autodidacta de la matemática, vivió 78
años, de los que 56 fueron de actividad universitaria: ejerció la docencia en
la cátedra de Álgebra de la Universidad de Salamanca desde 1774.
Juan
Justo García fue el representante más destacado de la Comisión a la que el
Claustro de la Universidad de Salamanca encargó la creación del Colegio de
Filosofía con la función de estimular los estudios de Filosofía Natural.
Durante
la invasión napoleónica fue detenido y tuvo que abandonar la ciudad, pero cuando
se restableció la “normalidad” García fue separado de la Universidad en 1816 y
el Rey dispuso que “no se permita, ni dé licencia jamás, para volver a la
Universidad de Salamanca a quienes emigraron al enemigo”; sus bienes fueron
embargados por real orden y desembargados en agosto de 1817. Cuando García
empieza su trabajo como profesor universitario, la de Salamanca es uno de los
veintidós centros existentes en la España peninsular; más tarde, en tiempos de
Carlos IV, se suprimieron once.
Juan
Justo García fue diputado por Extremadura en las Cortes del primer trienio
liberal. De nuevo impurificado como consecuencia del “celo” del nauseabundo
Fernando VII, muere en la miseria en 1830.
Su
labor intelectual cayó en el olvido hasta que el profesor Norberto Cuesta
Dutari publicó en 1974: El maestro Juan
Justo García, desde entonces, obra imprescindible para conocer la
personalidad biográfica y científica de este matemático extremeño.
La
primera parte de la labor docente de Juan Justo García se encuentra inmersa en
las reformas culturales de la monarquía borbónica, que influyeron positivamente
en el desarrollo científico de la España de la segunda mitad del Setecientos y
que también afectaron a la enseñanza en todos sus niveles; después vino la
política sin rumbo de Carlos IV y la Guerra de la Independencia, que provocó el
abandono de los estudiantes de los centros universitarios y la pérdida de
muchos de los tesoros bibliográficos, científicos y artísticos que se
custodiaban en los centros docentes.
Juan
Justo García, pionero de la modernización en
la enseñanza matemática en la Universidad de Salamanca de su tiempo, publica diversos libros entre los que destaca Elementos de Aritmética, Álgebra y Geometría
(1782), que trata de Aritmética,
Álgebra, Geometría y Cálculo infinitesimal, y esta última disciplina es la
primera vez aparece en una obra destinada a los alumnos universitarios; el
libro, reeditado cinco veces, fue de texto en muchos centros docentes durante
la primera mitad del siglo XIX. En 1814 aparecen los Principios de Aritmética y Geometría, en 1818 y 1819 los dos
volúmenes titulados Nuevos elementos de
Geografía general, astronómica, física y política, en 1821 los Elementos de verdadera Lógica extractados de
los Elementos de Ideología de Destutt-Tracy, etc.
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