Soldado del espíritu, el investigador defiende a su patria con el microscopio, la balanza, la retorta o el telescopio (Santiago Ramón y Cajal)

14 julio, 2013

Los hermanos Elhuyar y el wolframio (y II)

En esta época Juan José viaja a Uppsala (Suecia) para asistir a las lecciones que imparte el químico Torbern Bergman; con él realiza unas prácticas con un material llamado tungsten, mineral sueco semejante al wolfram de los alemanes. Poco antes de que llegara a Suecia el mayor de los Delhuyar, Bergman y Scheele comunican a la Academia de Ciencias de Estocolmo que era probable que en el ácido túngstico [wolfrámico] se encontrara un metal nuevo. El ácido en cuestión formaba parte de una "piedra pesada" (tung sten) de estructura química desconocida hasta entonces. Juan José vuelve a España en Julio de 1782.

En octubre de 1782 los dos hermanos, Juan José y Fausto se encuentran en el Seminario Patriótico de Vergara, donde trabajan en su laboratorio de química, uno de los mejores dotados de la Europa de la época, y realizan una serie de investigaciones con un mineral que Fausto ha traído de unas minas de estaño ubicadas en Zinnualde, en la frontera de Sajonia y Bohemia. A ese mineral los alemanes lo llaman wolfram.
En primer lugar, demuestran la presencia de hierro y manganeso en el mineral, lo que contrastaba con los resultados obtenidos por los científicos suecos, en cuyo tugsteno no aparecían. Hoy sabemos que el mineral con el que trabajaron los hermanos riojanos es la wolframita, que es un wolframato de hierro y manganeso, mientras que la "piedra pesada" de los suecos es la scheelita (en honor a Scheele), también denominada tungstita, que es wolframato cálcico.
Después de esta primera etapa, los Elhuyar continúan sus investigaciones tratando el wolfram molido con ácido clorhídrico y obtienen un polvo amarillo. Consideran que la materia que da lugar a ese color no es más que el producto encontrado por Scheele en el tungsteno, esto es, el ácido wolfrámico o túngstico (posteriormente confirmaron su sospecha al estudiar la scheelita que mandaron traer de Bohemia). Analizan el polvo y descubren un nuevo metal del que estudian todas sus propiedades:
"daremos a este nuevo metal el nombre de wolfrán, tomado de la materia de la cual lo hemos sacado, y miraremos ésta como una mina, en que este metal está combinado con el hierro y la alabandina [sulfuro de manganeso]"
A los hermanos les parece que ese nombre es más adecuado que el de "tungusto o tungsteno que pudiéramos darle en atención a haber sido el tungstene o piedra pesada la primera materia de que se ha sacado su cal, por ser el wolfram un mineral que se conocía mucho antes que la piedra pesada, a lo menos más generalmente entre mineralogistas, y que el término wolfram está ya recibido en casi todos los idiomas de Europa."
El trabajo fue publicado en los Extractos de las Juntas Generales de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País con el título siguiente: "Análisis químico del wolfram y examen de un nuevo metal que entra en su composición". En menos de tres años las investigaciones de los Elhuyar se publicaron en francés, inglés, alemán y sueco y los autores fueron reconocidos científicamente por las principales Academias europeas.
El metal es conocido en casi todas las naciones como wolframio, y con el W aparece en la Tabla Periódica, aunque en los países nórdicos y algunos otros lo llaman tungsteno. En la actualidad, la mayor parte del wolframio se obtiene de la wolframita, scheelita y de la chatarra, y se utiliza para troqueles, brocas, electrodos, lámparas de destello, catalizadores, proyectiles espaciales, pantallas de televisión, etc.
Después del descubrimiento, la vida de los hermanos discurre en el continente americano: en 1786, Fausto es nombrado Director General del Cuerpo de la Minería de México y profesor de Mineralogía, y Juan José se ocupó del beneficio de los metales por fundición en el Nuevo Reino de Granada. El primero estuvo treinta y tres años fuera de España y creó en la capital de Nueva España el Real Seminario de Minería, institución que mereció los más encendido elogios de Alexander von Humboldt; Juan José murió la capital colombiana a los cuarenta y dos años  a causa de un derrame cerebral. Fausto falleció en Madrid, en 1833, de la misma forma que su hermano.

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