Soldado del espíritu, el investigador defiende a su patria con el microscopio, la balanza, la retorta o el telescopio (Santiago Ramón y Cajal)

28 marzo, 2016

Florestán Aguilar, Padre de la Odontología española

En 1872 nacía en La Habana Florestán Aguilar y Rodríguez. Después de realizar sus primeros estudios en Madrid, siendo adolescente es enviado al Dental College de Filadelfia, en los Estados Unidos, donde, a los 18 años obtiene el título de Doctor in Dental Surgery; de regreso a España consigue el de Cirujano dentista que le permite ejercer su especialidad.
En 1894 se creó la Sociedad Odontológica Española, que agrupaba a casi todos los dentistas y Aguilar fue su primer Secretario General. Un año más tarde, se traslada a Madrid donde trabaja como ayudante de Harry Highlands, dentista oficioso de la reina María Cristina. Poco después se establece por su cuenta. 

Una constante de su actividad científica consistió en la búsqueda de la dignificación de diferentes facetas de su especialidad: planes de formación, congresos, publicaciones, etc. Así, en 1899 organiza la parte odontológica del IX Congreso de Higiene y Demografía, primer congreso en que figura la odontología como profesión.
Su fama fue aumentando de manera que en 1900 la reina María Cristina le nombró Dentista de Cámara de la Familia Real, como después lo fue de las casas reales de Austria y Baviera; también ese año fue nombrado Presidente de la Sociedad Odontológica española y creó la Federación Dental Internacional.
Aguilar deseaba reformar los planes de estudios necesarios para ejercer la profesión, y es que estos profesionales de la salud no requerían del Bachillerato. Su esfuerzo y el de otros colegas, como Cayetano Triviño y Ramón Portuondo, y la ayuda de la Reina Regente, doña María Cristina, consiguieron que en marzo de 1901 se publicara una Real Orden creando los estudios odontológicos en el seno de la Facultad de Medicina de Madrid. 
Así, se creaban en la Facultad de Medicina de Madrid dos cátedras suplementarias de Odontología y de Prótesis dentaria y los futuros odontólogos debían superar los dos primeros cursos de Medicina y aprobar estas dos asignaturas en primero y segundo cursos.
En 1903, al fundarse la Federación Dental Española, donde se agrupaban todas las instituciones profesionales, Florestán Aguilar fue elegido su presidente
En 1910, gracias principalmente a su trabajo, consigue que la carrera tenga cinco años de duración de manera que él mismo, ese año, se licencia en Odontología y el año siguiente en Medicina y Cirugía. Después, en 1914, obtiene el doctorado en Medicina y es nombrado catedrático numerario de Odontología de la Escuela de Odontología de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Madrid.
Ese año realizó en España el primer implante dental aloplástico insertado en un alveolo maxilar artificial; fue en Barcelona, en las sesiones clínicas que tuvieron lugar con motivo de la celebración del VII Congreso Nacional Español de Odontología.
Durante la Primera Guerra Mundial recorrió diversos hospitales europeos, donde estudió a los heridos maxilofaciales.
En 1927 fue nombrado Secretario de la Junta Constructora de la Ciudad Universitaria, que presidía el rey Alfonso XIII y no hay duda alguna de que el odontólogo fue el personaje que más empuje dio a este proyecto. El año siguiente el Rey le concedió el título de Vizconde de Casa Aguilar y en 1931, después de las elecciones del 14 de abril, se le encargó que pidiera al monarca, tras mediación del conde de Romanones, que abandonara España. Después fue destituido de la Escuela de Odontología, de la Junta Constructora de la Ciudad Universitaria, de la Liga Española Contra el Cáncer (de la que era Secretario General desde 1924) y de la cátedra de Odontología de segundo curso. Únicamente conservó su cátedra de primer curso.
En el VIII Congreso Dental Internacional celebrado en París se le otorga el premio Miller, la más alta distinción de carácter internacional que podía recibir un dentista, galardón que hasta entonces sólo poseían seis profesionales. En 1933 ingresa en Academia Nacional de Medicina y su discurso de ingreso tuvo que ser leído por Vicente Gimeno ya que se había quedado casi ciego.
Publicó numerosos trabajos odontológicos en la revista que había fundado y algunos textos como El somnoformo y su empleo como anestésico general (1906), Las restauraciones bucofaciales (1917), etc. y traducciones de la obra C. W. Johnson, Técnica de obturación de los dientes, y de la de J. Roussel, Tratado teórico-práctico de coronas y puentes dentales.
En 1934 falleció en Madrid y la Federación Dental Internacional, de la que había sido su Presidente entre 1926 y 1931, le nombró su Presidente Honorario a título póstumo (aunque pensaba hacerlo en vida).

2 comentarios:

  1. Los avances logrados a traves de la historia en pro de la odontologia nos han traido a los metodos que disfrutamos hoy. Tengo un par de semanas fabricacndo aditamentos, implantes y demas con una impresora 3D Lion 2 y debo decir que me encantan los resultados.

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  2. Tremenda! La Lion 2 es uno de los mejores equipos que hay en España.

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