Soldado del espíritu, el investigador defiende a su patria con el microscopio, la balanza, la retorta o el telescopio (Santiago Ramón y Cajal)

08 abril, 2016

Ciencia en la obra de Cervantes (II)

El más famoso de los escritores españoles, Miguel de Cervantes, escribió alabanzas a distinguidos hombres del mundo de la ciencia. Entre ellas podemos destacar las dirigidas al médico regio Francisco Díaz.
Francisco Díaz (1527-1590) era natural de Alcalá, en cuya universidad  estudió Medicina: obtuvo los títulos de bachiller, licenciado y doctor (1559). Fue cirujano de cámara de Felipe II los últimos veinte años de su vida y autor del que ha sido considerado primer libro moderno de urología: Tratado de todas las enfermedades de los Riñones, Vexiga, y Carnosidades de la Verga, y Urina (1588). El texto tuvo una buena difusión para la época: fue reimpreso en 1627 y  1643.
 El Tratado está dividido en tres partes; en la primera de ellas estudia las afecciones del riñón; en la segunda describe los problemas de vejiga; en la más importante tercera parte se ocupa de las “carnosidades de la verga”.
Díaz fue un profesional muy estimado en su época y conocedor de la importancia de la citada obra quiso enaltecerla con los sonetos de dos personalidades muy conocidos entonces: Cervantes y Lope de Vega.
En el ejemplar del texto que se conserva en la Biblioteca del Palacio Real se transcribe el soneto de Cervantes de elogio a Francisco Díaz y que reproduzco a continuación:

“Tú que con nuevo y sin igual decoro
Tantos remedios para un mal ordenas,
Bien puedes esperar destas arenas
Del sacro Tajo las que son de oro.
Y el lauro que se debe al que un tesoro
Halla de ciencia con tan ricas venas
De raro advenimiento y salud llenas,
Contento y risa del enfermo lloro.
Que por tu industria una deshecha piedra,
Mil mármoles, mil bronces a tu fama,
Dará, sin envidiosas competencias,
Darate el cielo palma, el suelo yedra,
Pues que el uno y el otro ya te llaman
Espíritu de Apolo en ambas ciencias.”

Pero además, y esto es menos conocido, Francisco Díaz era un gran aficionado a la poesía, de forma que tenía obras de famosos poetas de su tiempo, era amigo de muchos de ellos y además era capaz de escribir versos. Así, escribió un soneto dedicado a Duarte Días,  portugués del siglo XVI que escribía poesía en castellano y en portugués:

Duarte con razón rico y gozoso
podrás vivir, pues vemos que se baña
en tu licor divino toda España
manado de este ingenio milagroso
Por ti el fértil monte verde umbroso
que de la dulce fonte se acompaña
jamás pudo gozar gloria tamaña
ni premio tan altivo, y tan dichoso
Naciste sin poder tener segundo
para ornamento y gloria de tu suelo
pues de lo natural tu ingenio sale,
Que en cuantas veces han revuelto el mundo
la casta Diosa y el señor de Delo
no han hallado a tu ingenio quien iguale
Esta afición del cirujano justificaría, quizá, las alabanzas que Miguel de Cervantes hace de Francisco Díaz en el Canto de Calíope de La Galatea, dónde le incluye como poeta: 

De ti, el doctor FRANCISCO DÍAZ, puedo
asegurar a estos mis pastores
que con seguro corazón y ledo,
pueden aventajarse en tus loores.
Y si en ellos yo agora corta quedo,
debiéndose a tu ingenio los mayores,
es porque el tiempo es breve y no me atrevo
a poderte pagar lo que te debo.

Pero entre el Díaz y Cervantes había una relación que venía de antes.
En efecto, la familia de Cervantes y la de Francisco Díaz se conocían. Sabemos que Pedro Díaz, padre de Francisco, y la madre de Cervantes, Leonor de Cortinas, habían nacido en la población madrileña de  Barajas y, más tarde, cuando las dos familias marcharon a Alcalá vivían en domicilios muy próximos. Rodrigo de Cervantes, padre de Miguel, era “sangrador” y como solía suceder, tenía relaciones con los médicos de la Universidad de Alcalá, donde estudiaba Díaz.
Además, debieron de mantener una muy buena relación porque ambas familias eran feligresas de la misma iglesia (Santa María la Mayor) y cuando Díaz era estudiante fue uno de los testigos en el bautizo de Rodrigo, el hermano del novelista. Finalmente, cuando el médico enviuda vuelve a Alcalá, población donde contrae segundas nupcias y donde reside muy cerca de la casa de los Cervantes.
En cualquier caso, valga este esbozo para mostrar someramente una relación entre dos grandes hombres de la cultura española.

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