Durante la Guerra Civil en la ciudad de Madrid hubo un significativo desabastecimiento de alimentos que generó una situación de desnutrición en muchos de sus habitantes. Después, durante la postguerra, los estados carenciales nutricionales se manifestaron en determinadas regiones y la lucha contra ellos dio como resultado un conjunto de importantes trabajos de investigación de científicos españoles.
Así, Francisco Grande Covián (1909-1995) realizó un
estudio sobre la dieta suministrada a la población civil madrileña desde agosto
de 1937 a febrero de 1939; Carlos Jiménez-Díaz (1898-1967) hizo estudios clínicos y experimentales sobre
el latirismo de gran importancia internacional; Bartolomé Llopis Lloret (1905-1966)
realizó trabajos sobre la pelagra por la desnutrición padecida en Madrid
durante la Guerra Civil; etcétera.
Carlos Jiménez Díaz |
De la planta se consume la semilla y la harina y para que se produzca la enfermedad es necesario una ingesta exagerada de almorta, por encima de un mes y tomando al menos unos 200 g cada día. Todo esto supone que como la almorta tiene un alto contenido calórico, los enfermos de latirismo no manifestaban externamente un aspecto de personas malnutridas aunque, evidentemente, tuvieran un importante déficit alimentario. Hoy sabemos que la dolencia es debida a una sustancia neurotóxica presente de la semilla y que ha sido identificada como B(N)-Alfa-B-diaminopropionic acid (BOAA).
Francisco de Goya dejó constancia de la importancia del consumo de almortas durante la Guerra de la Independencia en un aguafuerte titulado Gracias a la almorta, de la serie Los Desastres de la Guerra:
https://www.youtube.com/watch?v=oLorOup3pxs
Es un
trastorno que se conoce desde muy antiguo, aunque los primeros estudios
científicos de la dolencia así como su denominación datan del último tercio del
siglo XIX; la terminología fue propuesta
por el médico napolitano Arnoldo Cantani (1837-1893). La enfermedad se declaró en Europa en momentos de hambruna y en la actualidad es endémica en
algunos países subdesarrollados.
En España
el latirismo, enfermedad que guarda relación con el hambre, se manifestó
durante los años 40, pero sobre todo entre 1941 y 1943. La primera noticia
bibliográfica de latirismo en España se produjo en 1941 en una comunicación titulada ”Sobre el latirismo”
que apareció en las Actas Españolas de Neurología y Psiquiatría y que estaba firmada
por los psiquiatras Juan José López Ibor (1906-1991) y Manuel Peraita Peraita
(1908-1950); referían el caso de un jornalero, de la población toledana de Consuegra,
que manifestó un repentino cuadro de parálisis de las piernas que requería el
uso de muletas y que se manifestó posteriormente a unos calambres y hormigueros
en esos miembros. Asimismo, ese año, los médicos Adolfo Ley Gracia (1908-1975) y
Victoriano Oliveras de la Riva (1909-1973), del Instituto Neurológico Municipal de
Barcelona, publican en la Revista Clínica
Española un trabajo sobre la enfermedad: “Primera comunicación sobre una
epidemia de latirismo”, en el que se describían varios casos declarados desde
1939, de diferentes comarcas de la provincia de Barcelona.
Se dieron casos en numerosas provincias españolas, y muy especialmente en Castilla y Cataluña. La epidemia afectó a las comarcas que eran cultivadoras y consumidoras habituales de almorta, La Mancha y Tierra de Campos, y a otras que no siendo productoras la importaron: Vizcaya, Guipúzcoa y algunas comarcas de Barcelona. Los trabajos mostraban que la mayor parte de los afectados de latirismo eran varones jóvenes que trabajaban como jornaleros y que consumían grandes cantidades de almortas. La enfermedad no afectaba a las personas como un poder adquisitivo mayor, ya que consumía una dieta más variada y tampoco a los más pobres, que no tenían ni para adquirir la harina de almorta.
Juan José López Ibor |
Se dieron casos en numerosas provincias españolas, y muy especialmente en Castilla y Cataluña. La epidemia afectó a las comarcas que eran cultivadoras y consumidoras habituales de almorta, La Mancha y Tierra de Campos, y a otras que no siendo productoras la importaron: Vizcaya, Guipúzcoa y algunas comarcas de Barcelona. Los trabajos mostraban que la mayor parte de los afectados de latirismo eran varones jóvenes que trabajaban como jornaleros y que consumían grandes cantidades de almortas. La enfermedad no afectaba a las personas como un poder adquisitivo mayor, ya que consumía una dieta más variada y tampoco a los más pobres, que no tenían ni para adquirir la harina de almorta.
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