Soldado del espíritu, el investigador defiende a su patria con el microscopio, la balanza, la retorta o el telescopio (Santiago Ramón y Cajal)

28 marzo, 2022

Ciencia islámica española

 

Durante los siglos X y XI, el esplendor cultural islámico se manifiesta claramente y el califato de Córdoba (929-1031) —también denominado Califato Omeya o Califato de Occidente—, que coincide con una época de tolerancia religiosa y política, es el punto a partir del cual empiezan tres siglos de dominio cultural español y la época de los taifas (los pequeños reinos en los que se dividió el califato de Córdoba)  es una de las de máximo esplendor de la ciencia española.
Será suficiente recordar que la Córdoba del califato era la "casa de las ciencias y sede de los reyes" según indicaba un proverbio, remedo de otro de Damasco y  Bagdad. Además, llegó a ser  la más importante de las ciudades europeas, con un cuarto de millón de habitantes.  Antes de la desaparición del califato se publicaban cerca de 60.000 volúmenes al año.


Lo más importante es que grandes personajes de la cultura hispanoárabe tuvieron gran influencia en la de Occidente. Bastarán tres ejemplos sobresalientes.
El médico y filósofo cordobés del siglo XII Averroes,  considerado por el gran historiador Juan Vernet como el español que más ha influido en la historia del pensamiento humano; Avicena (980-1037), que habiendo nacido cerca de Bujará (en el actual Uzbekistán), tuvo tanto influjo desde nuestra península que fue tratado como español por eminentes intelectuales del Renacimiento italiano; y, finalmente, Hugo de Santalla, traductor del siglo XII, que trascribió muchas obras del árabe al latín y que por ello fue un introductor en el mundo latino de muchos saberes orientales.
Azarquiel

Y es que ocuparse del Islam en la cultura europea implica acercarse, ineludiblemente, a los traductores y a la traducción. Las traducciones de la ciencia árabe al latín o al romance fueron el trampolín para que desde la península Ibérica pasaran al resto de Europa los conocimientos del mundo islámico. Así, el toledano Azarquiel (1029-1087) escribió sobre astronomía teórica, tablas e instrumentos astronómicos; realizó las Tablas toledanas, unas tablas astronómicas confeccionadas en Toledo, que  eran el conjunto de datos astronómicos más exacto de la Europa de su tiempo; unas tablas astronómicas que, traducidas por Gerardo de Cremona (1114-1187) fueron enriquecidas con materiales de origen cristiano. De la importancia de este traductor en Occidente bastará recordar que también tradujo obras del médico persa Rhazes​ o Rasis (ca.865-ca.925), el Canon de medicina del ya citado  Avicena, la Cirugía del médico de Medina Azahara Abulcasis, etc., textos y autores que tuvieron una gran influencia en la cultura  de la Europa medieval, renacentista y posrenacentista. Otro ejemplo: Alfonso X manda traducir al español la obra, del astrónomo de Basora Alhacén (965-1040), titulada Configuración del mundo, libro que tuvo un gran crédito entre los sabios renacentistas: Regiomontano, Copérnico y otros.
Muchos de los conocimientos de origen árabe, oriental, que se hacen europeos en nuestra península: en los siglos IX y X los números árabes (de origen indio), la doctrina de las conjunciones planetarias (de origen persa), etc. El siglo XIII tuvo una gran  importancia como época en la que hay un gran paso de información a Occidente que se debe a tres situaciones favorables: al gusto por lo oriental de la corte italiana de Federico II, a la política cultural de la Castilla de Alfonso X y a los mogoles.
Los avances técnicos que llegaron a la península fueron, de una forma pausada a veces, y bruscamente en otros casos, introduciéndose en los estados cristianos: la seda y el papel —que llegaron a Córdoba en el siglo IX—, los molinos de viento, el uso de bebidas frías (la palabra sorbete deriva del árabe sarab), la industria de la loza con reflejo metálico o vidriada, la cría y utilización de las palomas mensajeras, etc. Pero, es probable, que, como afirma el profesor Juan Vernet, “uno de los mayores servicios hechos por los árabes a la cultura sea la transmisión a Occidente de los diversos elementos técnicos, de arquitectura naval (vela latina y timón de codaste), astronómicos (determinación de coordenadas) y geográficos (cartas náuticas) que iban a permitir la navegación por el Atlántico adentro”. Finalmente, dos instituciones fueron copiadas a la medicina árabe por el Occidente latino: los manicomios y los exámenes para conseguir el permiso para la práctica médica.

 

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