Soldado del espíritu, el investigador defiende a su patria con el microscopio, la balanza, la retorta o el telescopio (Santiago Ramón y Cajal)

22 marzo, 2024

Graells, un científico cercano al poder

 

El día 24 de enero de 1809 nacía en la localidad riojana de Tricio, Mariano de la Paz Graells Agüera, considerado por muchos el último científico cortesano español.

Después de obtener el título de Bachiller (1827), expedido por el Real Colegio de Medina y Cirugía de Barcelona recibe el diploma de médico-cirujano (1833), el de licenciado (1834) y el de doctor (1835). Aunque su verdadera vocación no se encontraba en la medicina, ejerció esta profesión durante algunos años en Barcelona, como médico director interino de los baños de La Puda, en Esparraguera, y sus biógrafos dicen que tuvo un comportamiento heroico durante la epidemia de cólera que afectó a la capital catalana en 1835.

Graells siempre estuvo interesado en la historia natural, de manera que siguió diversos  cursos de Agricultura y Botánica, Física experimental y Química aplicada, desde 1825 hasta 1828. Muy pronto publica un trabajo de asunto botánico: un calendario en el que aparecen los periodos de floración de muchas de las especies vegetales de Barcelona y de su comarca y que formó parte de la edición española de la obra Elementos de botánica (1831) de Achille Richard. De esa época es también una memoria dirigida a los agricultores, con orientaciones para combatir los gorgojos del género Rhynchites que atacaban a las vides. Son los años en los que también hay una plaga anormal de viuda negra (arácnidos que producen importantes picaduras) en el campo de Tarragona  y que el naturalista riojano atribuyó a la excesiva proliferación de saltamontes en esa comarca catalana. Este hecho se volvió a repetir en 1841 y fue la razón de ser de una publicación científica sobre el asunto en los Annales de la Société Entomologique de France. 

Mariano de la Paz Graells

En 1835 se incorpora a la Sección de Zoología de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, donde se encarga de los cursos Zoología y Taxidermia y escribe un trabajo sobre la influencia de la temperatura baja en la metamorfosis de los insectos, parte del cual fue utilizado en un artículo que, en 1837, también apareció en los Annales franceses ya citados.

En 1836 orienta su interés por el coleccionismo científico de forma que es designado Conservador de la colección de la referida Academia, se le encarga la creación de un Gabinete de Historia Natural en esa institución y, en 1837, es nombrado Bibliotecario y responsable de la cátedra de Zoología.

Graells siempre estuvo interesado en crear listas locales de ciertos grupos animales y vegetales. En su obra de unos años después: Catálogo de Moluscos Terrestres y de agua dulce observados en España (1846) escribió: “Váyanse formando sucesivamente muchos catálogos de los objetos que produce nuestro suelo, que de ello resultará el índice general de la Historia natural española”.

En 1837 deja Barcelona y se dirige a Madrid como profesor interino de Zoología del Museo de Ciencias Naturales. Ingresó en la Real Academia de Ciencias de Madrid y, en 1837, fue nombrado catedrático de Zoología en el Museo de Ciencias Naturales, así como director del Jardín Botánico.

Estufa de Graells

Desde entonces, el riojano va a ser el más eminente de los profesores españoles de Zoología, el docente de la primera generación de zoólogos titulados y, lo que es más importante, el responsable de la institucionalización de esta disciplina científica en nuestro país. Director del Museo de Ciencias Naturales de Madrid entre 1851 y 1867, fue elegido, en 1855, uno de los tres primeros delegados de la Société Impériale Zoologique d’Acclimatation en el extranjero, junto a otros colegas de Londres y Turín. También ocupó la cátedra de Anatomía y Fisiología comparadas en la Universidad Central.

Su actuación al frente del Real Jardín Botánico dio lugar a un período de renacimiento científico en el que se presta mayor atención a la investigación, se mejoran las condiciones para la aclimatación de las plantas tropicales y se realizan reformas importantes que aún permanecen: el invernadero que lleva su nombre (estufa de Las Palmas o estufa de Graells) y la remodelación de la terraza superior. Sin embargo, cometió el error de instalar un zoológico en el Jardín, que doce años más tarde, siendo ya director Miguel Colmeiro (1816-1901), se trasladó al Jardín del Buen Retiro y que se conoció popularmente como Casa de fieras.

También, en esos años, apoyó la fundación de la Sociedad Española de Historia Natural y promovió la Comisión Científica del Pacífico (1862-1865), expedición de naturalistas españoles que recorrieron gran parte de la América del Sur, América Central y California y cuya figura más destacada fue Marcos Jiménez de la Espada (1831-1898).

Graells fue un gran impulsor de proyectos de zoología aplicada, como los de aclimatación de fauna útil o los cultivos marinos de ostras y mejillones. Así, dirigió personalmente los primeros trabajos sobre explotaciones piscícolas en nuestro país, que se realizaron en unos estanques en el Real Sitio de San Ildefonso o La Granja (Segovia); empezaron a funcionar en 1867 y aunque dejaron de hacerlo en 1868 (año de La Gloriosa), reanudaron su funcionamiento en 1875. 

Como hombre de prestigio perteneció al Consejo de Agricultura y fue comisionado para el estudio de la filoxera, insecto que atacaba las cepas y que en poco tiempo, aniquiló nuestros viñedos. 

Guadarrama

En honor de la Reina Isabel II dio el nombre de Saturnia isabellae, emblema de la entomología española, a una nueva especie de lepidóptero encontrada, en 1848, en los pinares de la Sierra de Guadarrama; fue la primera de un nuevo género que, en su honor, fue denominado, más tarde, Graellsia. Este trabajo vio la luz en 1849 y tres años después  publicó otra descripción, ahora en las Memorias de la Real Academia de Ciencias de Madrid. Fue entonces cuando entregó a la reina Isabel II un ejemplar de la mariposa, en un  baile de Palacio, con las siguiente dedicatoria: “Al augusto nombre de S. M. la Reina Doña Isabel II, dedico esta magnífica Saturnia, único representante en Europa de la Sección a que pertenecen la Diana, Luna, Selene, Isis, y otras divinidades menos positivas que la nuestra”.

Graellsia isabellae (Saturnia isabellae)


Entre sus trabajos, alcanzaron especial difusión su estudio sobre los cetáceos y las descripciones de nuevas especies de insectos, amén de una de sus obras más importantes, la Fauna Mastodológica Ibérica, que apareció en 1897.

Fue uno de los fundadores de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, de la que fue vicepresidente en tres etapas. Recibió numerosas distinciones: comendador de la Orden de Carlos III, de la portuguesa del Cristo, Senador del Reino, etc.

Durante los años centrales del reinado de Isabel II, Mariano de la Paz Graells participó en todos los foros científicos de Madrid, fue un personaje influyente y formó parte de un selecto grupo con capacidad de decisión. Y es que era un científico cercano al poder.

Falleció el 4 de febrero de 1898.



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