La
botánica fue, sin lugar a dudas, la ciencia de moda durante la Ilustración: era
objeto de interés de personas ociosas, de farmacéuticos, médicos e
instituciones: cátedras, academias y, evidentemente, los jardines se ocuparon
de reconocer, estudiar, catalogar y difundir el enorme y desconocido patrimonio
botánico que se encontraba en suelo español.
Soldado del espíritu, el investigador defiende a su patria con el microscopio, la balanza, la retorta o el telescopio
(Santiago Ramón y Cajal)
19 enero, 2013
El geómetra Eduardo Torroja
Eduardo Torroja es junto con José Echegaray y Zoel García de
Galdeano una de las personalidades más responsables del resurgir de la
matemática española después de muchos años de extrema decadencia.
Eduardo Torroja Caballé nació en Tarragona en 1847. Realizó
los estudios medios en el Instituto de su localidad, en el que su padre era
catedrático de Geografía e Historia, y en la Universidad Central de Madrid
obtuvo los grados de Bachiller en Ciencias (1864), Licenciado en Ciencias
(1866), Arquitecto (1869) y Doctor en Ciencias (1873).
En 1869 ingresó como ayudante en el Observatorio Astronómico
de Madrid, donde intervino en la triangulación geodésica de España.
08 enero, 2013
La creación de la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas
Al finalizar el siglo
XIX España contaba con un buen plantel de científicos, no eran muchos, es
cierto, pero sí constituían una especie de catapulta desde la que se podrían
lanzar nuevos proyectos intelectuales. Era una prueba de que en nuestro país se
habían puesto algunos cimientos científicos a mediados de ese siglo sobre el
que se había creado un pequeño edificio.
En efecto, son años en los que personalidades como Jaime Ferrán i Clua
(1851-1929) en la medicina y bacteriología, Santiago Ramón y Cajal (1852-1934)
en la histología, Leonardo Torres Quevedo (1852-1936) en la ingeniería y la
matemática, Eduardo Torroja y Caballé (1847-1918) en la matemática, Carlos Ibáñez e Ibáñez de Ibero (1825-1891)
en la geodesia, Federico Olóriz Aguilera (1855-1912) en la medicina y
antropología, Odón de Buen y del Cos (1863-1945) en la biología, y muchos más
constituyen un buen elenco de intelectuales con un buen ganado prestigio
científico, en España y fuera de nuestras fronteras, que va a ser el punto de
partida de la ciencia del nuevo siglo.
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