Soldado del espíritu, el investigador defiende a su patria con el microscopio, la balanza, la retorta o el telescopio (Santiago Ramón y Cajal)

10 marzo, 2023

Hipólito Ruiz López y la Expedición a Chile y Perú

 El día 8 de agosto de 1754 nacía en la localidad burgalesa de Belorado Hipólito Ruiz López, el que fuera Director y “Primer botánico” de la expedición que recorrió Chile y Perú durante once años, la que constituyó una de las empresas científicas más sobresalientes del del siglo XVIII y, más concretamente, del reinado de Carlos III.

Después de realizar los estudios de latinidad con un tío suyo sacerdote, a los catorce años marchó a Madrid para aprender rudimentos de Lógica, Física experimental, Química y Farmacia. Estudió Botánica en el Jardín de Migas Calientes (el primitivo Jardín de plantas de Madrid) bajo la dirección de Casimiro Gómez Ortega (1741-1818) y Antonio Palau Verdera (1734-1793).

Hipólito Ruiz López

Estuvo relacionado con las personalidades más influyentes de la ciencia y de la política de su tiempo por haberse casado con Remigia Gómez Martín, sobrina del citado Gómez Ortega, hombre poderoso desde el punto de vista social y económico.

Su hijo lo veía de esta manera: “...de regular estatura, más que medianamente grueso, pero de bellas proporciones, su tez algo morena, buena facciones, negro el cabello y los ojos, y éstos vivos y penetrantes, las cejas bien pobladas, su fisonomía grave, y en su cara estaba pintada aquella serenidad inseparable de un hombre de recto proceder. Su porte era sencillo con dignidad, su genio franco y muy generoso, pero grave y circunspecto; en sus tratos sumamente formal, veraz y consecuente, fue prudente, laborioso, parco y muy celoso por la gloria de su nación".

El viaje científico a Perú y Chile, nacido como consecuencia de la aceptación del gobierno español de la propuesta francesa de explorar el virreinato de Perú, fue realizado durante los años 1777 y 1788 y representó un intento magnífico de aumentar la presencia científica y política de España en la Europa ilustrada. La Expedición a Perú y Chile, en la que se exploraron también territorios ecuatorianos, la formaron el científico de Belorado en calidad de “Primer botánico” y director del viaje, José Antonio Pavón Jiménez (1754-1840), “Segundo botánico”, José Dombey (1742-1794), médico y botánico francés agregado a la Expedición hasta 1785, los dibujantes José Casto Brunete Dubua e Isidro Gálvez Gallo y otros expedicionarios de segunda importancia: Juan José Tafalla, Juan Agustín Manzanilla, Francisco Pulgar y José Rivera.

Los científicos estuvieron herborizando en Suramérica, aunque Dombey regresó a Europa en 1785. La labor de los botánicos era la de recolectar diversos ejemplares, enviar a la Península plantas vivas, bulbos, brotes y cepellones que se multiplicarían en Madrid para que los botánicos los estudiaran con más detalle a su regreso. Cuando volvieron a España en 1788, trajeron consigo veintinueve cajones de herbarios y dibujos, así como más de cien plantas vivas para el Real Jardín Botánico. Por desgracia, su colección principal de cincuenta y tres cajones con ochocientos dibujos, plantas secas, semillas, resinas, bálsamos y minerales se perdió cuando el buque que los transportaba naufragó frente a la costa de Portugal.

Árbol de la quina o quino
 En 1790, Ruiz obtiene el título de boticario que le habilita para "asentar y poner su botica pública" en Madrid, donde ejerce hasta de su fallecimiento

En 1792 publica el primer resultado de la Expedición: Quinología, o tratado del árbol de la quina o cascarilla, obra que tuvo un gran éxito en el mundo científico como lo prueba el hecho de que, muy pronto, se tradujo al italiano (1792), al alemán (1794) y al inglés (1800).

No obstante, las mejores aportaciones científicas de Ruiz las realizó en colaboración con su compañero de expedición Pavón y así, las iniciales de ambos nombres (R. et P.), que siguen a un gran número de plantas americanas, son una prueba evidente de su labor pero sólo una pequeña porción de la impresionante obra de los dos botánicos que, en gran parte, quedó inédita.

En 1794, aparece un pródromo en el que los botánicos españoles describen los nuevos géneros descubiertos y en 1798 ve la luz el primer volumen de una impresionante obra botánica: la Flora Peruviana et Chilensis; en 1799 y 1802 salen de la imprenta los volúmenes segundo y tercero. La obra contiene 758 descripciones y 325 láminas, que suponen 558 dibujos de otras tantas especies. La obra total había de tener 3.000 descripciones y 2.000 láminas y aunque hacia 1804 el cuarto volumen está terminado, los científicos son conscientes de la imposibilidad de dar a conocer los doce tomos de la obra. Ésta contiene los nombres científicos y vernáculos de las plantas, sus descripciones, la comarca geográfica que ocupan y las diferentes aplicaciones de los vegetales, sean de uso alimenticio, terapéutico, industrial, etc. También en 1798 aparecen el Systema vegetabilium Flora Peruvianæ et Chilensis, firmado por ambos botánicos, y el De vera fuci natantis fructificacione, escrito sólo por Ruiz, obra donde trata de los sargazos.

Ruiz considera la botánica como una ciencia útil en cuanto que se encuentra al servicio de la Farmacia y, por tanto, muchos de sus trabajos los realiza en función del interés terapéutico del vegetal; por ello escribe: “...a quien de poco serviría la estéril habilidad de distinguir todas las plantas del Universo, ignorando sus propiedades y usos que pueda hacerse con ellas". De este carácter son muchos trabajos suyos y sus interesantes Disertaciones sobre la raíz de la Ratanhia, de la Calaguala y de la China y acerca de la yerba llamada Canchalagua (1796), que constituyeron su memoria de ingreso como Académico Supernumerario (1794) en la Real Academia Médica Matritense.

El más excelente de los botánicos españoles, Antonio José Cavanilles (1745-1804), le dedicó el género botánico Ruizia. Con él tuvo una fuerte polémica científica: la botánica entendida como disciplina farmacéutica frente a la botánica como disciplina científica per se, actitud de Cavanilles (y del compañero de expedición Pavón).

Además de a la Academia citada, perteneció, entre otras, a la Academia de Ciencias Naturales de Berlín y a la Academia de Medicina Práctica de Montpellier. 

Falleció en Madrid en 1816, a consecuencia de una pérdida masiva de sangre por las fosas nasales.

Lámina de la Flora Peruviana et Chilensis


No hay comentarios:

Publicar un comentario