Soldado del espíritu, el investigador defiende a su patria con el microscopio, la balanza, la retorta o el telescopio (Santiago Ramón y Cajal)

26 diciembre, 2023

Ciencias y letras

 

¿Se imaginan a un hombre del mundo de las letras citando con precisión y haciendo comentarios de la labor que hacen los hombres de ciencia? La estúpida separación educativa en ciencias y letras —que desde hace años es más mema aún ya que divide las ciencias y las letras en compartimentos más pequeños—, impide que cualquier estudiante del ámbito científico tenga unos mínimos conocimientos de literatura española y hace que uno de letras tenga problemas para diferenciar la retina del cristalino.

Francisco de Fortuna Cascales (c.1559-1642) fue un destacado humanista, tratadista literario, autor de algunas obras históricas, de unas Tablas Poéticas (1617) y de unas conocidas Cartas filológicas (1634) en las que se alternan escritos de erudición (poética, histórica, literaria, etc.) con informaciones de la más diversa índole. En ellas podemos ver que este erudito murciano tiene ideas muy claras y modernas en relación con la ciencia y que, además, es buen conocedor de científicos de su época, detalle interesante porque fue un hombre de referencia en las obras de “letras” de su tiempo. 


Francisco Cascales

A este respecto transcribo unos párrafos en los que Cascales nos muestra su parecer sobre los dichos del vulgo y saca a relucir dos importantes personalidades de la ciencia del siglo XVI: Pierre Belon (1517-1594) y Charles  de L’Écluse (1526-1609). Pierre Belon o Petrus Bellonius Cenomanus, como se le conoce en los escritos que hace en latín, o Petro Belonio es un interesante personaje; médico y naturalista escribió, entre otras, obras tan interesantes como L'Histoire naturelle des éstranges poissons marins (1551, Historia natural de los peces marinos inusuales) y L'Histoire de la nature des oyseaux (1555, Historia natural de las aves) en las que apartó muchos detalles anatómicos de estos animales. Por su parte, Charles  de L’Écluse, o Clusius o Clusio fue una gran naturalista que difundió la obra de los mejores naturalistas españoles de su época: Juan Plaza, Cristóbal de Acosta, Nicolás Monardes, etc.); entre sus obras es muy interesante el Rariorum aliquot stirpium per Hispanias observatarum historia (1576) que son un conjunto de observaciones botánicas hechas por él en la Península.


 El humanista español escribe que

“Del camaleón se dice que se sustenta del aire; y escribe Petro Belonio, que es engaño, y que él estando en el Cairo vio muchos, los cuales se sustentan de moscas, langostas y gusanillos de las hierbas, y las cazan con la lengua, que tienen con un nudo les sirve a manera de ballestilla.  De manera que no porque una cosa haya corrido con tal nombre, por eso se ha de quedar en él para siempre; tenga algún día su lugar la verdad, y no vivamos en eterno engaño.

En controversia está si estas famosas piedras de que tratamos tienen virtud medicinal o no; pero yo no me meto en eso.  Sea así que tengan virtud, a lo menos debe ser muy poca; pues dice Carolo Clusio, médico excelente y grande indagador de verdades: ‘El precio, dice, de estas piedras es tan subido, o por su rareza, o por la afición de los hombres, que mayores facultades, y con larga experiencia comprobadas, tiene la piedra imán, y la piedra que estanca la sangre de cualquier parte o que salga, y no tiene precio sino vil y bajo.’ Y más abajo, en este mismo discurso que hace de las piedras, dice que esta piedra estancasangre se llama alaqueca, [es la cornalina o ágata roja] y que una libra de ella, aderezada se vende en un real castellano: ‘Y la virtud de esta piedra sobrepuja las facultades de todas las piedras preciosas, como quien es bastante a reprimir la sangre de donde quiera que mane, en un instante.” Y el mismo dice que el diamante, con ser tan estimado, nullius est in medicina usus; que no es de ningún provecho en la medicina’”.

[Las dos citas de Clusio que aparecen en los párrafos que trascribo están escritas en latín y traducidas después. Obviamente, he omitido el fragmento en latín.]                                          z                            



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