En
España se dieron unas circunstancias que promocionaron la lengua romance; entre
éstas se puede destacar la utilización del castellano por Carlos I como
instrumento imperialista. Así, en 1536, llegó a pronunciar un discurso, ¡en
castellano!, ante el papa Pablo III y las diplomacias francesa y veneciana, lo
que iba en contra de los protocolos más tradicionales, que exigían el uso del
latín.
Un
personaje singular en el mundo de la alquimia es Diego de Santiago (s. XVI):
trabajó en San Martín de Trebejo (Cáceres), su pueblo natal, Zamora, El
Escorial y Sevilla y escribió la más importante obra sobre este asunto de la España
de su siglo: Arte separatoria y modo de apartar todos los Licores, que se
sacan por vía de Destilación: para que las Medicinas obren con mayor virtud y
presteza (1598). Ejerció como
Destilador real en el monasterio de El Escorial y fue un firme defensor de la
utilización del romance.
Entre
los médicos, Bernardino Montaña de Monserrate (ca.1480-1558), el primer español que escribió un libro de anatomía
humana en una lengua romance, desea que su obra sirva a los demás y se queja
amargamente del tiempo que pierden los médicos en discusiones lingüísticas
(algo que no era cierto en la mayor parte de los casos, ya que la calidad del
latín de nuestros profesionales dejaba mucho que desear) y poco en la ciencia:
"He holgado de escribir este libro en romance, porque muchos cirujanos y
otros hombres discretos que solo saben latín, se querrán aprovechar de leerlo y
también porque hallo que en este tiempo los médicos están tan aficionados al
latín, que todo su pensamiento emplean en la lengua y lo que hace al caso que
es la doctrina, no tienen más pensamiento dello que si no la leyesen".
El
médico Juan Fragoso (ca.1530-1597)
defendía la utilización del castellano apelando a la dignidad y se quejaba de
la utilización del calificativo vulgar para otra lengua que no fuera la latina
(o la griega): "Y si porque a nuestra lengua la llamamos vulgar imaginan
algunos que no podemos escribir en ella sino vulgar y bajamente es grandísimo
error, que Platón escribió no cosas vulgares en su lengua vulgar".
Mucho más interesante es
el caso de Juan Valverde de Hamusco (ca.1525-ca.1588), autor que fue del primer libro
original de anatomía escrito en lengua romance. Así, mientras Montaña de
Monserrate no hizo más que aplicar los conocimientos científicos adquiridos en
las obras clásicas, Valverde compuso su obra desde su propia experiencia con
varios objetivos: el de ayudar a los cirujanos y barberos que sabían poco
latín; el de sustituir a la muy difundida obra de Vesalio, su famosa Fabrica, que según Valverde estaba
escrita sin claridad; para que sus paisanos sepan de esta disciplina, porque
hay muy pocos españoles que "entiendan la Anatomía" por ser
considerada "cosa fea" (algo que fue denunciado por Vesalio y Harvey
cuando estuvieron en España); porque entre los españoles las cosas escritas en
romance tienen "poca autoridad" y "porque en latín han escrito
tan largamente tantos que no me parecía ser necesario tan nuevo trabajo".
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