Soldado del espíritu, el investigador defiende a su patria con el microscopio, la balanza, la retorta o el telescopio (Santiago Ramón y Cajal)

24 abril, 2014

La residencia de Señoritas y el Laboratorio Foster

Una institución paradigmática de lo que significó un primer intento serio de impulsar la cultura en el ámbito femenino al iniciarse el siglo XX fue la Residencia Internacional de Señoritas. Fundada en 1915 y dirigida por María de Maeztu vino a ser un centro paralelo a la Residencia de Estudiantes, para varones.
La residencia femenina era un lugar de acogida de las estudiantes procedentes de toda España que iban a Madrid a realizar, completar o ampliar estudios. En la Residencia se daba un buen ambiente cultural y de convivencia que, en buena medida, completaba el de la Universidad: lecturas comentadas, tertulias, representaciones teatrales y excursiones, eran algunas de sus muchas actividades culturales.

Victoria Kent (1898-1987), la primera mujer española que ocupó un alto cargo político, la Dirección General de Prisiones, y la primera en vestir la toga de abogada, había pasado parte de su etapa universitaria en la Residencia y decía: “La Residencia de Señoritas significó un gran avance en la vida de las estudiantes españolas, una obra valiosa de evolución liberal y moral, inspirada por la Junta para Ampliación de Estudios. Solucionó el problema del alojamiento en pensiones y casas de huéspedes, únicos medios de que disponían las estudiantes de provincias que deseaban cursar materias superiores en la Universidad u otros centros superiores en Madrid”.
Pero en relación con esta Residencia de Señoritas hay que mencionar que, desde el punto de vista científico, en ella se creó el primer laboratorio español dirigido por mujeres y dedicado a la formación de científicas en el mundo de la química: el Laboratorio Foster, nombre que hacer referencia a la que fue su primera directora, la profesora norteamericana Mary Louise Foster. 
Desde el curso 1920-21 hasta el 34-35 siempre estuvo dirigido por mujeres, excepto en el curso 29-30, en el que se encargó a Enrique Raurich, profesor de la Facultad de Farmacia. Este laboratorio fue el resultado de la colaboración de la Junta para Ampliación de Estudios con el International Institute for Girls in Spain, institución cuyo punto de referencia son los Colleges femeninos del nordeste de los Estados Unidos. El Laboratorio Foster tenía como finalidad la de completar, con los estudios prácticos, la formación teórica adquirida por sus alumnas; venía a ser un laboratorio que sustituía la ausencia de dependencias  similares en la Universidad, y muy especialmente en la Facultad de Farmacia, de donde procedía la mayor parte de las alumnas. Los conocimientos de química adquiridos en dicho centro eran después convalidados con los que se debían conseguir en la Facultad. Posteriormente, el que fue secretario de la Junta para Ampliación de Estudios, José Castillejo, decidió crear un laboratorio semejante, en el ámbito de la biología, pero sus intentos fracasaron porque las subvenciones americanas se dirigieron a la mejora del centro químico antes que a la creación de otro lugar de investigación.


La imagen proceden de:
http://www.residencia.csic.es/100residencia/exposicion/05_seccion.htm

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