Por
internet circula todo. Cosas maravillosas desde el punto de vista cultural y
memeces de toda condición. Esto no es
exclusivo de la red, también sucede en las revsitas y en los libros. Lo importante es discernir
quién escribe, quién transmite conocimientos, cuál es su nivel intelectual.
Es muy frecuente escuchar que una persona de reconocido prestigio en un campo del saber ha emitido una opinión que se considera, más o menos, dogmática. Y no hay matices. Parece como si, por ejemplo, ser un excelente físico le permitiera a uno sentenciar verdades sobre lo que va a suceder con el clima dentro de cinco decenios.
Es muy frecuente escuchar que una persona de reconocido prestigio en un campo del saber ha emitido una opinión que se considera, más o menos, dogmática. Y no hay matices. Parece como si, por ejemplo, ser un excelente físico le permitiera a uno sentenciar verdades sobre lo que va a suceder con el clima dentro de cinco decenios.
Todo
esto viene a cuento sobre una lectura realizada en la revista Jot Down. Es una entrevista a Alberto
Campo Baeza (Valladolid, 1946), arquitecto y
académico numerario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y que según el entrevistador (Pedro Torrijos):
“...salta con fluidez de la poesía contemporánea a la escultura barroca, de la
música clásica a la pintura abstracta y de la literatura del Siglo de Oro a las
construcciones prehistóricas”.
También salta a otros aspectos que el entrevistador debe desconocer con la misma intensidad que el entrevistado. Y es que no hay mucha fluidez en "defender", supongo que por el origen vallisoletano, a Río Hortega. Veamos.
También salta a otros aspectos que el entrevistador debe desconocer con la misma intensidad que el entrevistado. Y es que no hay mucha fluidez en "defender", supongo que por el origen vallisoletano, a Río Hortega. Veamos.
Según
el arquitecto Campo, su padre “era profesor adjunto de anatomía con don Ramón
López Prieto, que a su vez era un discípulo de Pío del Río Hortega, que era el
maestro de Ramón y Cajal”.
Es difícil cometer tantos errores en tan pocas líneas.
Es espinoso comprender cómo Ramón López Prieto pudo ser discípulo de Pío del
Río Hortega por la sencilla razón de que nació en 1883 y Pío del Río Hortega el
año anterior. En segundo lugar, y esto es mucho más importante, Santiago
Ramón y Cajal no era discípulo de Río Hortega, sino todo lo contrario, su
maestro.
Don
Santiago era catedrático de Universidad desde 1882, primero en Valencia, después en Barcelona
y Madrid sucesivamente. Y 1882 es precisamente el año en el que nació el gran
histólogo de Valladolid, que finalizó sus estudios universitarios en 1905, un
año antes de que el más grande de los científicos españoles recibiera el Premio
Nobel.
Pero todavía hay más: cuando Río
Hortega consigue el título de doctor, en 1912, el prestigio del científico
aragonés es tan grande que el vallisoletano marcha a Madrid para investigar con
Nicolás Achúcarro, y otros, en el
Laboratorio de la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones
Científicas (JAE).
La JAE, cuyo presidente era... Cajal, concede a Pío del Río
Hortega una beca para realizar investigaciones durante varios años en Berlín,
Londres y París. Cuando
don Pío regresa a España es nombrado, a
propuesta de... Cajal, director del laboratorio de Histología Normal y
Patológica en 1919.
Campo tiene tan claro lo que dice, que lo repite con un énfasis especial, al que añade algunas tonterías de nueva creación:
Campo tiene tan claro lo que dice, que lo repite con un énfasis especial, al que añade algunas tonterías de nueva creación:
“España es muy puñetera y los españoles son
muy puñeteros. Santiago Ramón y Cajal era discípulo de don Pío del Río Hortega,
que como estaba ya muy mayor, fue el propio Ramón y Cajal quien continuó su
investigación. Pues a Santiago le dan el Premio Nobel, y a los dos o tres años,
la comisión del Nobel quiere dárselo a Pío del Río Hortega. ¿Quién se opone?
¿Quién lo impide? Ramón y Cajal. Hombre, eso no se hace. Eso traduce muy bien
el espíritu de lo que es España. Cuando voy fuera procuro ayudar a los
españoles, porque procuro hablar bien de los arquitectos españoles.”
¡Tanta
sandez cabrea, sr. académico!
Río Hortega en el Museo de la Ciencia de Valladolid |
Como colofón, quiero apuntar que de los
comentarios a la entrevista sólo uno, el del profesor José Enrique Campillo, ha
detectado las barbaridades de este miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando que de Cajal y de Hortega debió decir "ni pío". Es una pena, pero esto demuestra el nivel de conocimiento de los lectores en
relación con uno de los más importantes científicos españoles, Río Hortega, y
uno de los más destacados de la neurociencia a lo largo de la historia, Ramón y
Cajal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario